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El GNL usado en Europa es un 30% más contaminante de lo estimado por la UE

Un solo buque portacontenedores de gran tamaño que funcione con GNL emite cada año aproximadamente 2.731 toneladas adicionales de CO2

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La Unión Europea ha estado promoviendo el gas natural licuado (GNL) como una alternativa más limpia a los combustibles marítimos tradicionales. Sin embargo, un reciente estudio de Energy and Environmental Research Associates, encargado por Transport & Environment (T&E), revela que las emisiones del GNL importado a Europa son un 30% más altas de lo que se había calculado en la legislación 'verde' de la UE.

La investigación evidencia que las emisiones de las importaciones de GNL en Europa son significativamente superiores a los valores asumidos por la normativa FuelEU Maritime, la cual calcula el impacto ambiental de los combustibles sobre una base de ciclo de vida que incluye emisiones desde la extracción hasta su consumo a bordo. No obstante, la normativa de la UE utiliza un factor estándar de emisiones upstream —es decir, desde la extracción hasta la distribución— de 18,5 gramos de CO2 equivalente por megajulio (MJ) de energía, sin ajustar esta cifra según el país de origen del GNL o el método de producción. El estudio de T&E encontró que las emisiones reales del GNL importado ascienden a 24,4 gCO2e/MJ, lo que genera una discrepancia de aproximadamente 30%.

Esto significa que un solo buque portacontenedores de gran tamaño que funcione con GNL emite cada año aproximadamente 2.731 toneladas adicionales de CO2 equivalente, una cantidad considerable que cuestiona los beneficios ambientales del GNL en comparación con el fuelóleo pesado, el cual sigue siendo uno de los combustibles más contaminantes del planeta.

Solución para el transporte marítimo

El GNL ha sido promovido en Europa y otros mercados como una solución para reducir las emisiones del transporte marítimo, un sector responsable de alrededor del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Actualmente, casi 1.200 barcos en todo el mundo utilizan GNL, y otros 1.000 están en proceso de construcción o pedidos por empresas navieras que buscan cumplir con las normativas ambientales.

El GNL es peor que el carbón para el cambio climático
La huella de carbono del GNL es un 33% mayor que la del carbón si se tiene en cuenta el procesamiento y el transporte del combustible.

T&E había estimado que, para el año 2030, alrededor de una cuarta parte de la flota marítima de la UE podría funcionar con GNL. Sin embargo, este nuevo estudio pone en entredicho la eficacia del GNL como alternativa sostenible. Según el informe, el GNL proveniente de los principales proveedores europeos —como Estados Unidos, Qatar, Rusia y Argelia— presenta niveles de contaminación casi tan altos como el fuelóleo que pretende reemplazar. Incluso el GNL proveniente de Noruega y el Reino Unido, países con prácticas de extracción menos contaminantes, muestra reducciones de emisiones limitadas.

Revisión urgente de la normativa

Inesa Ulichina, especialista en transporte marítimo de T&E, ha advertido sobre la eficacia del GNL en la transición hacia un sector marítimo de cero emisiones. “El gas fósil nunca será sostenible y es incluso más sucio de lo que se pensaba. Extraer, transportar y quemar metano es un proceso lleno de fugas. Esta costosa apuesta está llevando a las grandes navieras a malgastar miles de millones en una solución que no les acercará a sus objetivos de cero emisiones. En lugar de eso, deberían enfocarse en invertir en la producción de combustibles electrónicos verdes”.

Para Ulichina y T&E, la solución radica en que la UE y la Organización Marítima Internacional (OMI) dejen de incentivar el uso del GNL y ajusten los factores de emisiones en sus normativas para reflejar los datos científicos más recientes sobre el impacto completo del ciclo de vida del gas fósil.

Ante estos hallazgos, T&E insta a la UE a revisar los factores de emisiones en la legislación FuelEU Maritime, que entrará en vigor a principios de 2025. A partir de ese momento, los propietarios de barcos deberán contabilizar el tipo de combustible que usan y su impacto ambiental. Mientras tanto, la OMI aún no ha determinado los factores de emisiones predeterminados para diferentes combustibles, incluido el GNL.

Para algunos expertos, los resultados de este estudio ponen de manifiesto la necesidad de revaluar el uso del GNL como combustible de transición, y recalcan que una transición efectiva hacia la sostenibilidad marítima requiere la inversión en alternativas verdaderamente limpias, como los combustibles electrónicos producidos a partir de fuentes renovables.

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