Petróleo & Gas

El Gobierno alemán regula por ley el 'fracking'

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Las restricciones que fija la nueva normativa fueron tachadas de insuficientes por los grupos ecologistas, la oposición parlamentaria y también diputados de los partidos en el Gobierno, que consideran que la regulación en el fondo supone abrir la puerta a esta polémica técnica en el país.

En un comunicado, el Ejecutivo de Berlín explicó que su objetivo es limitar los posibles efectos perjudiciales de la fracturación hidráulica en las personas y el medio ambiente.

Por eso, agrega la nota, se fijan medidas para proteger las reservas de agua para consumo humano y la naturaleza en determinadas regiones y se prohíben en principio las prospecciones por encima de los 3.000 metros.

Las nuevas normas permiten "limitar el 'fracking' para que deje de suponer un peligro para las personas y el medio ambiente", señaló la ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, quien recordó que esta técnica no estaba regulada hasta el momento en el país.

A su juicio, "la ley limita en lo posible el 'fracking'" ya que no es posible la prohibición total de esta técnica que demandan los dos partidos de la oposición, La Izquierda y Los Verdes.

La hidrofracturación quedará prohibida en aquellos casos en los que "la responsabilidad por los riesgos no pueda ser asumida o no exista una evaluación concluyente" sobre los mismos, precisó.

Protección del medio ambiente

En opinión del titular de Economía y Energía, Sigmar Gabriel, el acuerdo del Consejo de Ministros "brinda seguridad jurídica tanto a las personas como a las industrias afectadas y a los empleos asociados" y "tiene claramente como prioridad la protección del medio ambiente y de la salud".

Según apuntó, "sólo podrá hacerse uso de la tecnología de la hidrofracturación para fines científicos en casos excepcionales muy limitados y únicamente si los riesgos son controlables y asumibles y su práctica ha sido aprobada en un proceso transparente y público".

Si las exploraciones dan resultados positivos, la aprobación de una futura explotación comercial de los yacimientos quedará en manos de una comisión de expertos, una fórmula que también ha suscitado críticas entre diputados que exigen que la autorización final quede en manos del Parlamento.

El paquete legislativo, que debería entrar en vigor en enero de 2016, pasará ahora a ser debatido en el parlamento, donde puede ser enmendado.

La Agencia Federal de Geología y Materias Primas estima que bajo suelo alemán hay unos 13 billones de metros cúbicos de gas de esquisto, de los que el 10% es extraíble, lo que supone las necesidades de gas de Alemania para unos 14 años.

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