La semana pasada, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón (METI) publicó un borrador de su próximo sexto Plan Estratégico de Energía, que incluía cambios importantes en los objetivos de su mix de generación de energía para 2030.
Según el borrador de la propuesta, la proporción de combustibles fósiles en el mix de Japón se reducirá casi a la mitad, pasando del 76% en 2019 al 41%, lo que tendrá repercusiones significativas en la demanda de carbón, GNL y petróleo.
En respuesta al anuncio, la analista principal de Wood Mackenzie, Lucy Cullen, dijo: “El anuncio de Japón es el último de una serie de declaraciones climáticas audaces después del compromiso neto cero del país en octubre de 2020".
Según Cullen, el borrador revisado de los objetivos está en línea con el ambicioso objetivo de reducción de emisiones de Japón para 2030 del 46% con respecto a los niveles de 2013, que se actualizó en abril de 2021, y se produce una semana después de que los pares europeos del G7 de Japón anunciaran su propio paquete transformacional 'Fit for 55'.
En el borrador de los objetivos se incluye un aumento significativo en las partes renovables y nucleares del mix de generación y se menciona por primera vez el hidrógeno / amoníaco. Desde la perspectiva actual, Wood Mackenzie estima una participación para las energías renovables del 30% para 2030, por lo que la participación propuesta del 36% de las energías renovables es exagerada. Solo puede ser posible con apoyo gubernamental adicional.
Quizás el componente más crítico e incierto del borrador, a juicio de Wood Mackenzie, es el objetivo nuclear. METI sigue apostando por la energía nuclear y mantiene el objetivo anterior del 20-22%. Las regulaciones de seguridad, la oposición en curso y los costos crecientes continúan afectando los reinicios hasta la fecha y hacen de este un objetivo increíblemente desafiante de cumplir. “En nuestra opinión, las perspectivas de reinicios de plantas siguen siendo muy arriesgadas”, afirma Cullen.
El exceso de optimismo sobre los objetivos nucleares tiene el potencial de socavar los planes del gobierno de reducir la participación de los combustibles fósiles. Según los objetivos revisados, los combustibles fósiles caen de su posición dominante en el mix energético actual al 41% para el año fiscal 2030, una caída significativa del 56% de participación proyectada en los objetivos gubernamentales anteriores. Si se cumple -Woodmac se declara escéptica- supondrá una disminución de hasta 10 millones de toneladas de GNL, en comparación con el objetivo anterior.
"Con un mayor énfasis en la reducción de emisiones reflejada en los objetivos revisados, la forma en que el gobierno equilibre los costos de generación y las preocupaciones sobre las emisiones determinará la participación relativa de carbón y GNL y el papel que cada uno juega en la compensación de un objetivo nuclear probablemente incumplido", concluye Wood Mackenzie.
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