España va camino de tener un gobierno de izquierdas. Tanto PSOE como Podemos e IU están de acuerdo (más o menos) en que es necesario el cambio y van a tratar de alcanzar una coalición para formar gobierno aunque sea en minoría. El PSOE tiene la pelota en el tejado tras rechazar Rajoy intentar formar gobierno. Ahora le toca el turno a Pedro Sánchez. Y su intención es formar ese gran pacto de izquierdas.
Pero, ¿cómo afectaría un pacto de esta índole en el sector energético? A primera vista hay un claro ganador, las renovables, que se verían beneficiadas (teniendo en cuenta los programas energéticos de ambos partidos) y también habría perdedores, en este caso, las eléctricas, que podrían ver dañados sus ingresos y/o márgenes si de verdad llevan a cabo las medidas anunciadas en campaña electoral.
Es muy probable que se organice un nuevo Ministerio de Energía y Medio Ambiente. Si así fuera, la persona que tiene más posibilidades para dirigirlo es Teresa Ribera. Tiene muchas papeletas para ser la próxima ministra del ramo. Todo el sector habla de ella como la persona idónea. Ahora solo falta que ella diga que sí. Si no, hay otros nombres en la palestra, como el de Pilar Lucio. El PSOE quiere esa cartera, es una de las de mayor peso y no la soltará así como así. Podemos tiene complicado quedarse con ella.
Aunque, según ha podido saber El Periódico de la Energía, ambos partidos todavía no han hablado de cómo se va a desarrollar la política energética a partir de ahora. No va a haber líneas rojas, pero sí propuestas en común, según explican fuentes cercanas a Podemos.
Esas propuestas en común son varias. Vayamos por partes. Lo primero de todo, derogar el decreto de autoconsumo. Los dos partidos ya han presentado proposiciones no de ley para que se lleve a cabo cuanto antes. Quieren legislar un autoconsumo sin impuesto al sol. Que se pague por la energía que se vierte a la red o que se consume de ella, pero no por autoconsumir. Habrá que ver cómo afecta al sistema eléctrico la puesta en marcha de una medida así. Esta medida afectaría de lleno a las renovables, sobre todo a la fotovoltaica española, que podría volver a vivir un pequeño boom.
Otra medida que quieren llevar a cabo ambos partidos es dar por terminado el proceso de reapertura de Garoña y cerrar la central ya de una vez por todas. Iniciar el desmantelamiento de la instalación y preparar el camino para finiquitar la energía nuclear en España. En ambos programas energéticos se habla de poner fecha de caducidad a las centrales nucleares y cerrarlas cuando cumplan los 40 años de vida.
Para suplir a la nuclear, ambas formaciones optan por dar un mayor protagonismo a las renovables. Habrá que ver de qué manera se respalda en el sistema la electricidad cuando no puedan generar las plantas de renovables por ausencia de viento o sol. ¿Ciclos combinados? Parece que no hay otra solución. Aunque siempre se podrá aumentar la capacidad de almacenamiento. Por ejemplo, con más centrales hidroeléctricas de bombeo. Además quieren regresar al antiguo régimen de retribución a las renovables.
Tanto PSOE como Podemos quieren hacer una auditoría de los costes reales del sistema eléctrico. Difícil papeleta. Largo lo fían. El objetivo es acabar con los beneficios caídos del cielo que obtienen las compañías eléctricas en sus centrales nucleares e hidroeléctricas. Que ya no haya los denominados windfall profits.
Ambos partidos también quieren impulsar la eficiencia energética con un plan de rehabilitación de viviendas que ayude a aminorar el gasto energético de las familias españolas. Esta medida, además de impulsar el sector de la construcción, afectaría de lleno a los ingresos de las compañías eléctricas.
Asimismo, quieren impulsar la movilidad eléctrica en las grandes ciudades. Falta conocer cómo lo harían. Si con ayuda directa o cómo. También se tiene que conocer el plan para electrificar las carreteras con puntos de recarga, etc.
Donde existen diferencias es con el carbón. Mientras Podemos es de los que opta por dar carpetazo final a las centrales térmicas y darles la oportunidad de reconvertirse, en el PSOE tienen muchas dudas ya que fueron el único partido que dijo que lo apoyaría. Eso sí, ambas formaciones no quieren, por ejemplo, que Elcogas cierre. El problema, al igual que le ha sucedido al actual Gobierno es encontrar la solución perfecta que sea al gusto de todos, pero sobre todo, de Bruselas, quien tiene la última palabra en cuanto a ayudas de Estado se refiere. ¿Existirá ese mecanismo perfecto?
Otro de los puntos discordantes es el de las puertas giratorias. Podemos quiere prohibirlas y pretende que el PSOE saque a sus militantes de los consejos de administración de las compañías del sector. Aquí es más complicado que se pongan de acuerdo.
En definitiva, ambas formaciones quieren impulsar la transición energética española. ¿Lo conseguirán?
Dabama
25/01/2016