El gobernante del emirato de Fuyaira, Hamad ben Mohamed al Sharky, ha asegurado que un eventual cierre del estrecho de Ormuz, por donde circula el 40% del petróleo del golfo Pérsico, no tendría un gran impacto en Emiratos Árabes Unidos, tras la puesta en marcha del oleoducto Habshan-Fuyaira.
"Las amenazas de cerrar el estrecho de Ormuz son algo del pasado y, en realidad, no importa mucho", dijo en unas declaraciones a la agencia oficial emiratí, WAM, el gobernante de Fuyaira, uno de los siete emiratos de Emiratos Árabes.
Ben Mohamed hizo hincapié en que su país no se preocupa mucho por estas amenazas debido a la existencia de una alternativa para exportar petróleo, el oleoducto que une el campo petrolero de Habshan, en Abu Dabi, con el puerto de Fuyaira, que se sitúa al este del estrecho de Ormuz.
Ante las crecientes tensiones entre los países árabes del golfo Pérsico e Irán, los estados de la península Arábiga han mostrado su temor a que Teherán pueda bloquear este estrecho en caso de un mayor deterioro de las relaciones.
Para el emir Ben Mohamed, el conducto, que comenzó a funcionar parcialmente a mediados de julio, es un "logro estratégico" que permitirá bombear "casi el 70%" de la producción petrolera emiratí -que se sitúa en torno a los 2.600.000 barriles diarios-, a los mercados internacionales.
Al Fuyaira está considerado un centro importante para el almacenamiento de petróleo crudo, y también, un punto de abastecimiento de combustible para los buques tanque que realizan viajes de largo recorrido para transportar petróleo crudo desde el Golfo.
Además está inmerso en un proyecto para intentar establecerse como un nudo del comercio mundial, mediante el aumento de la capacidad de almacenamiento de crudo en su puerto petrolero, de diez millones de metros cúbicos a catorce millones de metros cúbicos en el año 2020.
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