Endesa ha adjudicado a la empresa Recifemetal el desmantelamiento de la central térmica de Compostilla, situada en Cubillos del Sil (León), que dejó de estar operativa oficialmente el pasado 30 de junio.
Esta adjudicación se une a la que a finales de septiembre el grupo realizó a la UTE (Unión Temporal de Empresas) Moncobra-Rebilita para los trabajos de desmantelamiento de la central térmica Teruel, situada en Andorra, la otra de las plantas de carbón del grupo que echó el cierre a finales de junio.
En concreto, estos trabajos en Compostilla movilizarán una media anual de 130 personas de mano de obra directa que se ocuparán de las tareas durante cuatro años, de los cuales el 80% procederán de la comarca del Bierzo.
La adjudicación es parte del gasto de más de 62 millones de euros al que tendrá que hacer frente la energética para dejar el emplazamiento en condiciones de poder afrontar un uso futuro y el inicio de los trabajos previos al desmantelamiento tendrá lugar a lo largo del mes de noviembre.
Cuando el pasado 30 de junio la central térmica dejó oficialmente de funcionar, solo disponía de tres grupos, cuya potencia sumaba 1.051,7 megavatios (MW), que habían entrado en funcionamiento entre 1972 y 1985.
Otros dos grupos más antiguos ya se encontraban en proceso de desmontaje, después de permanecer en servicio desde comienzos de los años 60.
Las instalaciones ocupan unas 375 hectáreas, superficie en la que se distinguen tres áreas claramente diferenciadas: un área que alberga los grupos de generación eléctrica, otra que acoge los parques de transformación e instalaciones auxiliares, y una última el parque de carbones con el vertedero de residuos no peligrosos.
TRABAJO PARA LAS ANTIGUAS EMPRESAS CONTRATISTAS
El grupo dirigido por José Bogas señaló que el equipo humano que se ocupará de los trabajos de desmantelamiento procederá en su mayoría de antiguas empresas contratistas de la central térmica de Compostilla o de residentes en la comarca del Bierzo, con prioridad de los municipios de Cubillos del Sil, Ponferrada y Cabañas Raras.
Endesa indicó que, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, ha dado prioridad en el concurso de adjudicación de la obra, entre otros aspectos, a la oferta que ha incluido el mayor número de trabajadores locales.
Para la capacitación de este personal se están realizando acciones formativas, que tienen por objeto mejorar la confianza, el arraigo con la comunidad local y la empleabilidad de los trabajadores de la zona, una de las medidas de creación de valor compartido contempladas en el plan Futur- e de Endesa.
Los cursos se están realizando en el marco del convenio de colaboración entre la Fundación Santa Bárbara (Junta de Castilla y León), la Fundación Ciudad de la Energía-Ciuden (Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico) y Endesa. Están estructurados en tres programas de formación profesional en los que participarán 360 alumnos que serán seleccionados por la Fundación Santa Bárbara.
La formación está centrada en tareas de desmantelamiento de las instalaciones de la central, en concreto en la prevención de riesgos laborales, y contará con la participación de 200 alumnos, repartidos en cuatro convocatorias.
También se impartirán dos cursos dirigidos al montaje y a la operación y mantenimiento de parques eólicos que se extenderán a un total de 60 alumnos y dos cursos para 100 alumnos en otros sectores con potencial, que se definirán tras el resultado del concurso de proyectos que Endesa lanzó a finales de 2019 para la reindustrialización del emplazamiento de la central.
Además, el proyecto de desmantelamiento de la planta térmica de Compostilla está diseñado para compatibilizar los trabajos de demolición con actuaciones de desarrollo de futuros proyectos ahora en periodo de evaluación dentro del concurso organizado en el plan Futur-e para el aprovechamiento de la actual instalación.
Los trabajos comenzarán en los próximos meses, tras la implantación en la zona de la empresa Recifemetal. Para realizar la gestión integral de desmantelamiento se aplicará un sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar cada una de las 266.870 toneladas que conforman el volumen de demolición.
Endesa destacó que este método, junto con la aplicación de la economía circular en la gestión de residuos, permitirá un aprovechamiento máximo de los residuos, bien para su posterior reutilización como segundo uso, bien como materia prima, a sí minimizar la fracción destinada a vertedero.
Dentro del compromiso de economía circular por el que apuesta el grupo, está prevista la reutilización de los residuos de hormigón, para lo que se contará con un equipo de machaqueo con capacidad para tratar 300 toneladas por hora y que estará compuesto por una machacadora de mandíbulas, un separador magnético para la segregación de las armaduras desprendidas y un cribado para la clasificación de los hormigones triturados.
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