Endesa: de campeón nacional a sucursal ibérica de Enel

Endesa ¿qué será de Endesa? Esta es la gran pregunta que se hace todo el mundo del sector económico español. Bueno, y media España. Con lo que ha sido Endesa, se dicen unos a otros en las cafeterías mientras desayunaban con la noticia del día: Enel se queda con todos los activos de Endesa de Latinoamérica.

¿Se trata de un desmantelamiento? ¿Es un movimiento corporativo para mejorar las cuentas de Enel? Sea lo que fuere, el caso es que Endesa valdrá la mitad dentro de unos meses y con sólo activos en España, Portugal y Marruecos, tres mercados que no andan precisamente por sus mejores momentos de demanda.

La operación que está en marcha por parte de Enel para hacerse con los activos de Latinoamérica de Endesa dejará a la compañía que preside Borja Prado en una situación que nadie se imaginaba hace 14 años.

Pero un tal señor Rodrigo Rato, ese que lo último que ha hecho es dejar Bankia a los pies de los caballos, decidió imponer unos requisitos a la operación que la hacían totalmente insalvable. Por aquel entonces estaba de moda el liberalismo económico en España. Menos mal. Fue tal el impedimento que tanto Endesa como Iberdrola tuvieron que olvidarse de la fusión y dedicarse a otra cosa, a sus negocios. ¿Para qué España quería tener un campeón nacional, señor Rato?

El caso es que Endesa, capitaneada después por Manuel Pizarro, decidió lanzarse a la aventura latinoamericana con unas fuertes inversiones en sus principales mercados: Chile, Brasil, Argentina, Colombia, Perú, etc. Cada año se dejaba miles de millones en esa región. Poco a poco fue convirtiendo el negocio latinoamericano en un pequeño tesoro.

El caso es que en 2007 llegó la operación del sector eléctrico. Tras varios meses de pugnas entre los posibles candidatos, Gas Natural y EON, quien se llevó el gato al agua fue Enel. La estatal italiana entraba en el mercado español. El asombro fue tal que no se entendía nada por entonces. ¿Por qué se privatizó Endesa unos años antes para después vendérsela a una entidad pública de otro país?

"Zapatero, soy Fulvio Conti, mira tengo aquí a José Manuel Entrecanales, y entre los dos nos hacemos cargo de Endesa", le debió decir algo parecido el exconsejero delegado del grupo italiano al por entonces presidente del Gobierno. Y ZP dio el visto bueno a la operación. Y Pedro Solbes mirando a otro lado. Por no decir nada de la ministra que lo sustituyó Elena Salgado, que acabó como consejera de Endesa Chile. Un nombramiento que causó mucho revuelo.

La venta se quedaba en manos de una española, pero por poco tiempo. Enel se quedó finalmente con el 92% de la compañía. Endesa, el gran campeón nacional pasaba a manos de una empresa estatal italiana.

Enel colocó a Borja Prado al frente de Endesa. Un hombre cercano al Rey, al poder financiero, con muy buenas relaciones institucionales. Los primeros años dejó a la compañía seguir su camino. No querían los italianos entrar en España como un elefante en una cacharrería. Han decidido ir poco a poco.

Es por eso que han tardado unos seis años en empezar a mover las piezas del nuevo puzle. Lo primero de todo fue la segregación de todos los activos de Latinoamérica en Enersis. La compañía realizó una ampliación de capital que creó mucha polémica en Chile y que tuvo muchos enemigos, pero finalmente Fulvio Conti consiguió unir todos los activos.

Esto quiere decir dos cosas. Uno, que Endesa en sus manos no ha ido bien en España y Portugal ya que ha perdido terreno frente a Iberdrola y que el futuro de la compañía pende ahora de un hilo por mucho que digan que van a invertir 4.000 millones de euros.

Encima ponen sobre la mesa una oferta pública de venta de acciones por el 25% del capital aproximadamente. Esta operación, o es para pagar la futura inversión, o para intentar mejorar las cuentas de Enel, que posee una altísima deuda. O las dos cosas. Es lo que tiene el mercado. Si se juega al libremercado pueden suceder estas cosas. Las empresas pueden hacer lo que quieran, pero siempre hay que tener en cuenta tanto al pequeño accionista, que no pinta nada en este tipo de empresas, y los clientes

Con todo ello, se puede ver que en los últimos 14 años, Endesa ha vivido de todo. No ha habido empresa que haya sufrido tanto cambio en los últimos años. Un ajetreo que la deja en una posición muy complicada en el ya difícil mercado español que pasa ahora por sus peores momentos.

Es por ello, que resulta complicado que Enel vaya a invertir 4.000 millones en España estando la regulación como está, que para hacer rentable una inversión se pueden tardar muchos años.

En definitiva, Endesa se ha convertido en una pequeña sucursal de Enel en España. Aquella empresa que Rodolfo Martín Villa quería convertir en una de las grandes compañías del sector tiene visos de quedarse en papel mojado.

Habrá que esperar a ver cómo acaba todo esto. Pero desde fuera, da la sensación de que a Endesa la están desmantelando y dejándola abandonada poco a poco.