Estonia y Finlandia han acordado alquilar a partir de este otoño una terminal flotante de regasificación de gas natural licuado (GNL) para ayudar a ambos países a reducir su dependencia del gas ruso, según medios estonios.
El ministro estonio de Asuntos Económicos, Taavi Aas, y su homólogo finés, Mika Lintila, decidieron que ambos países sumarán recursos con el fin de arrendar la terminal flotante.
"El suministro de gas tanto para Estonia como para Finlandia depende en gran medida de Rusia, por lo que necesitamos un plan B y estar preparados para renunciar al gas ruso," declaró Aas, que agregó que la medida acordada este jueves es "la opción más lógica".
Ambos países harán frente a los costes de establecer muelles a ambos lados del Golfo de Finlandia, mientras que el coste de arrendar la terminal se repartirá en base al consumo de gas de cada país.
Según la web informativa "Err.ee", bajo las condiciones más óptimas el alquiler de la planta costará a Estonia unos 10 millones de euros por año.
Este jueves la primera ministra estonia, Kaja Kallas, anunció que el país báltico dejaría de comprar gas ruso a finales de 2022, tras haber avanzado sin concretar fecha que cesarían las importaciones.
Kallas informó de que, aparte de la terminal flotante, Estonia construirá un depósito para almacenar GNL en el puerto de Paldiski.
El acuerdo con Finlandia prevé que la terminal flotante, en la que se descargaría el gas en forma líquida de los cargueros y se lo devolvería a forma gaseosa, se moverá entre Paldiski y un puerto finés según sea necesario.
Estonia cuenta ya con una pequeña terminal flotante de GNL en Tallín, que se emplea para abastecer a los ferries en ruta hacia la península escandinava.
Está previsto que la nueva terminal sea administrada de forma conjunta por los operadores de Estonia y de Finlandia, Elering y Gasgrid, respectivamente.
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