El Gobierno de Francia garantiza que las tarifas reguladas de la electricidad subirán menos del 10% el año próximo pese a que el aumento teórico tendría que ser superior si se repercutieran los precios de mercado, lo que significa que se mantendrá el llamado "escudo" con subvenciones públicas.
La ministra de la Transición energética, Agnès Pannier-Runacher, aseguró este viernes en una entrevista a la emisora Europe 1 que "los precios no aumentarán un 10% en 2024", en reacción a la polémica generada por la comunicación de Emmanuelle Wargon, la presidenta de Comisión de Regulación de la Energía (CRE).
Wargon había explicado el viernes que se esperaba que el incremento teórico que habría que aplicar el año próximo a la tarifa regulada si se repercutiera la evolución del mercado estaría entre el 10% y el 20%, aunque puntualizó que la decisión final corresponde al Ejecutivo.
Pannier-Runacher hizo hincapié en que todo ese ascenso no se aplicará, después de recordar que actualmente el Estado asume el 37% de la factura de los franceses y que sí que se va a reducir progresivamente el "escudo de tarifas".
Los precios de la electricidad en Francia
También indicó que una parte de las subvenciones para ese "escudo", en concreto 20.000 millones de euros, viene de la recaudación conseguida de los productores de renovables, que tienen que pagar una contribución al Estado cuando el precio de la electricidad que venden en el mercado supera un determinado nivel.
Según dijo el jueves el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, el Gobierno dedicó 25.000 millones de euros de dinero público en 2022 y 27.000 millones en 2023, y para 2024 se van a presupuestar otros 12.200 millones.
La ministra de la Transición Energética subrayó que "los franceses pagan ahora un precio por la electricidad de los más bajos de Europa", y en que con la llamada excepción ibérica España y Portugal no han salido del mercado europeo sino que "han puesto en marcha subvenciones".
Un comentario que es una réplica a las críticas que recibe su Gobierno, en particular de la extrema derecha, que le reclama salir del mercado europeo de la electricidad para conseguir precios más bajos para el consumidor, y pone como ejemplo de salida la excepción ibérica.
Le Maire reiteró que el Ejecutivo francés quiere una reforma del mercado eléctrico europeo que en Francia permita modificar el método de cálculo, y suponga abandonar el mecanismo marginalista para aplicar a los consumidores un precio del kilovatio hora que esté en relación con "el precio de producción" en Francia.
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