Los imanes permanentes basados en neodimio-hierro-boro (presentes en motores de vehículos eléctricos, aerogeneradores, discos duros, ascensores, robótica avanzada o aplicaciones de defensa) son componentes fundamentales de la electrificación y el despliegue de energías renovables. Sin embargo, la Unión Europea depende en más de un 95% de las importaciones de estos materiales, mayoritariamente procedentes de China, lo que representa un punto débil para la industria del continente. Al mismo tiempo, la demanda crece de forma acelerada: el mercado mundial pasará de unas 250.000 toneladas de imanes en 2025 a casi 350.000 en 2030, con una proporción creciente de aplicaciones de alta performance.
Para comprender el alcance de esta iniciativa, El Periódico de la Energía ha conversado con Benoît Richebé, Director de Proyectos de Tierras Raras y Reciclaje de Imanes en Orano desde 2022. Richebé ha ocupado previamente diversas posiciones en el ciclo del combustible nuclear, tanto en Francia como internacionalmente, primero en funciones operativas en proyectos industriales y posteriormente en el ámbito de la estrategia. Su conocimiento técnico e industrial garantiza una visión privilegiada sobre este nuevo paso tecnológico.
“Este proyecto es indispensable para conciliar transición ecológica, reindustrialización y autonomía estratégica europea”, afirma Richebé, subrayando que la iniciativa representa mucho más que un desarrollo tecnológico: es un movimiento geopolítico e industrial para reducir vulnerabilidades en sectores clave.
Un reciclaje de “circuito corto” para recuperar metales críticos
La línea piloto se articula alrededor de procesos de reciclaje por bucle corto, un enfoque que permite reutilizar directamente los metales presentes en imanes en fin de vida para fabricar nuevos imanes, evitando las etapas químicas del llamado “bucle largo”, que implica disolución, reoxidación y reconstitución de óxidos y metales.
“El reciclaje por bucle corto ofrece un compromiso óptimo: garantiza altas prestaciones magnéticas y contribuye a los objetivos de circularidad, descarbonación y resiliencia de las cadenas de suministro”, explica Richebé. El grupo apuesta por una aproximación híbrida, mezclando materias primas secundarias con aleaciones nuevas para asegurar el máximo rendimiento técnico en aplicaciones exigentes, como los motores de vehículos eléctricos o las turbinas offshore.
Orano defiende que ambos enfoques, bucle corto y largo, son complementarios y que Europa debe ser capaz de disponer de ambos para construir una industria “omnivora”, flexible y resistente a choques de suministro. “Tener dos alternativas y un sistema de orientación del residuo hacia la vía más adecuada hará que la cadena europea sea mucho más resiliente”, afirma el directivo.
Una línea piloto industrial lista para escalar
La infraestructura, inaugurada en septiembre de 2025 en el CEA-Liten, cuenta con capacidad para 4 toneladas y está equipada con tecnología industrial. Su objetivo es desarrollar y validar los procesos antes de su transferencia a un operador externo. “Los equipos instalados son representativos de una escala industrial y están operados por un equipo conjunto Orano–CEA”, detalla Richebé.
2025–2027: desarrollo tecnológico, ensayos y validación industrial (entre 2025 y 2027) y a partir de ahí la transferencia del proceso a un socio que pueda construir una planta de fabricación y reciclaje de imanes a gran escala.
Orano insiste en que su función no es convertirse en productor masivo de imanes, sino en desarrollador tecnológico con capacidad para industrializar procesos complejos. “Nuestro objetivo es transferir este libro de procesos a un industrial capaz de llevar esta tecnología a la fase de producción”, señala.
Alineado con la estrategia europea de soberanía
Esta línea piloto se inscribe plenamente en el Critical Raw Materials Act (CRM Act) aprobado por la Unión Europea, que establece que al menos el 25% de las materias primas críticas deberán ser recicladas en Europa para 2030. Los imanes permanentes son uno de los segmentos más sensibles: alrededor del 80% de los motores de tracción de vehículos eléctricos y el 80% de las turbinas offshore utilizan tecnologías basadas en estos imanes.
Richebé resume así la importancia estratégica: “Hablamos de un mercado pequeño en volumen, pero que impacta en sectores que pesan más de 3,3 billones de dólares. Controlar esta cadena de valor es esencial para la soberanía y la descarbonización europeas”.
Know-how nuclear aplicado a la industria de imanes
Uno de los aspectos más singulares del proyecto es que Orano capitaliza el saber hacer desarrollado en la industria nuclear (metalurgia de polvos, trabajo en atmósferas controladas, procesos de fusión y sinterización, gestión de instalaciones altamente reguladas) para aplicarlo a un campo emergente como los imanes permanentes. La experiencia de centros como Orano Melox, dedicado al reciclaje de combustible nuclear, confiere una ventaja técnica evidente.
Francia avanza en un ámbito clave para la electrificación y las energías renovables. Si el piloto cumple los objetivos previstos, Europa podría recuperar parte de una cadena de valor que perdió hace décadas. Como concluye Richebé: “Dominar el reciclaje de imanes será indispensable para las transiciones ecológica, digital y tecnológica. No se trata sólo de materiales, sino de soberanía industrial europea”.
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