Los tejados en Francia están a punto de ponerse mucho más ‘verdes’, gracias a una nueva ley que obliga a que los nuevos edificios comerciales que se construyan deberán cubrir sus azoteas, al menos parcialmente, de paneles solares o plantas.
La ley, aprobada por el Parlamento francés el jueves, tiene un alcance menor de lo que venían demandando los grupos ecologistas franceses, que querían que la ley obligara a instalar tejados fotovoltaicos en todos los edificios de nueva construcción. Pero finalmente el gobierno galo convenció a los activistas de reducir el alcance de la ley solo a los edificios comerciales, además de requerir que sólo una parte de los tejados sea cubierta con plantas o paneles solares, según informa la_ Agencia France-Presse._
"Los techos verdes proporcionan sombra y eliminan el calor del aire a través de la evapotranspiración, lo que reduce las temperaturas de la superficie del techo y el aire circundante", según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Los beneficios de los tejados ‘verdes’, con fotovoltaica o con plantas son numerosos, reducen las emisiones y, por tanto la contaminación del aire y la reducción de gases de efecto invernadero, proporcionan una mayor comodidad, una mejor gestión de las aguas pluviales, la mejora de la calidad del agua, y una mejor calidad de vida.
“Si bien los costos iniciales de los techos 'verdes son más altos que los de los materiales convencionales, los propietarios de edificios pueden ayudar a compensar la diferencia a través de la reducción de los costes energéticos y, en su caso, de la gestión de las aguas pluviales, y potencialmente por la mayor esperanza de vida de los techos verdes en comparación con los materiales para techos convencionales", según el EPA.
Francia se había quedado muy rezagada de otros países europeos en lo que hace referencia a la energía solar. Un informe de 2014 de la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA) e Intersolar Europa, titulado "Perspectivas del Mercado Mundial para la energía fotovoltaica 2014-2018", señaló que la capacidad instalada de la energía solar fotovoltaica había disminuido en 2013 y que el país representó sólo el 6% de la capacidad total instalada en Europa ese año.
El informe atribuyó el bajo desempeño del país a "la incertidumbre política y la falta de voluntad política para desarrollar la energía solar fotovoltaica". Pero ahora parece que las cosas están cambiando. El pasado verano Francia presentó su ley para dirigir la transición necesaria hacia un modelo energético más bajo en carbono. La ley francesa plantea objetivos ambiciosos: quiere reducir las emisiones de CO2 en un 75% para 2050, y más que doblar la cuota de renovables (al 32% para 2030). Además, plantea reducir en un 30% el uso de combustibles fósiles. Unos objetivos muy ambiciosos pero más fáciles de conseguir con leyes como la que se acaba de aprobar para los edificios de nueva construcción en zonas comerciales. Francia será el anfitrión en la próxima cumbre mundial del clima de París, y en algo se tiene que notar.
Antonio Villalba
22/06/2015