La competencia es un factor fundamental para el óptimo desarrollo de todo lo que conocemos. Esta puede ir enfocada a nosotros mismos, para tratar de superarnos, o a algo o alguien externo, para intentar ser mejor que él. En cualquier caso, si se da de manera leal y justa, la competencia es una ayuda al crecimiento, y mejora el bienestar. Esto aplica a empresas y personas, en todos los ámbitos.
Esto es especialmente importante en el ámbito empresarial, donde la competencia no sólo es necesaria para que las compañías crezcan y mejoren constantemente, sino para que exista un mercado verdaderamente libre, en el que los precios por un producto o servicio los marque el mercado, y no haya un solo o unos pocos jugadores que lo controlen.
En la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), institución que tengo el honor de presidir, creemos firmemente en el valor de la competencia como instrumento para el crecimiento de nuestros socios y del resto de compañías del sector de los carburantes, así como en su importancia para el mayor beneficio de los consumidores, que deben ser siempre lo más importante para las empresas.
Desde el origen de esta Asociación, hemos velado no sólo por los intereses de los socios de ésta, sino también y principalmente por el bienestar de los conductores. Así, gracias a la menor estructura de costes de las estaciones de servicio automáticas y a la domotización de sus instalaciones, los usuarios de nuestras gasolineras pueden optar por un combustible de la máxima calidad a un precio más reducido que en las estaciones de servicio tradicionales.
Este modelo de negocio, que facilita el ahorro directo de los clientes de nuestros asociados, repercute en el bolsillo de todos los conductores, puesto que, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios, la posibilidad de elegir en qué estación de servicio repostar puede conllevar un ahorro de entre 260 y 320 euros anuales. Esto es, la presencia de diversos jugadores, entre ellos gasolineras automáticas, permite al conductor obtener la misma cantidad de carburante a un mejor precio.
No sólo la OCU apoya el papel de las gasolineras automáticas en el correcto ejercicio de la competencia y el libre mercado. La Comisión Nacional de la Competencia ha ratificado en varios informes la importancia de las estaciones de servicio automáticas en este sentido, y las dificultades existentes (especialmente en determinadas regiones del país) para abrir este tipo de comercios.
De hecho, la última ocasión en la que la CNMC ha defendido esta postura ha sido muy reciente, con la publicación en agosto de un estudio titulado “El potencial efecto competitivo de las estaciones de servicio automáticas en España”, elaborado por Gabriella Németh Kecskeméti, Técnico de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en la Subdirección de Análisis Económico. En él, la autora señalaba la capacidad de las gasolineras automáticas de aumentar la competencia en el sector, lo que se traduce en beneficios para los consumidores.
Con todo esto, lamentamos que nuestros socios se vean, en ocasiones, atacados por parte del sector de las gasolineras tradicionales, cuando nuestras estaciones cumplen todos estándares de seguridad y calidad y en concreto durante el confinamiento el propio Ministerio le ha reconocido su mejor adaptación para prestar un servicio básico para nuestra sociedad.
Por ello, desde Aesae seguiremos apostando para que exista una verdadera competencia también en el sector de los carburantes. Una competencia que permita ofrecer a los conductores el mejor producto, al mejor precio y con la seguridad que hemos demostrado en los 7 años que llevamos en el mercado. Esta debe ser la meta.
Manuel Jiménez Perona es presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae)
Fernandez
15/10/2020