El Cabildo de Gran Canaria aspira a que la energías renovables supongan casi el 70 por ciento de la generación de energía eléctrica en la isla, frente al 8,9 por ciento de 2014, según ha informado hoy el presidente de la corporación, Antonio Morales (NC).
Morales ha presentado hoy un estudio realizado por el catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Roque Calero para determinar el sistema de generación de electricidad, de producción de agua potable y de movilidad que permita la máxima autonomía energética de la isla con fuentes renovables.
Este estudio servirá de "guía para lograr la soberanía energética que rompa la dependencia del exterior, que actualmente es del 92 por ciento, pues Gran Canaria dispone de muchos recursos naturales", como sol y viento y otros, que permiten no tener que importar tanto combustible fósil, cuyo coste es de 1.300 millones de euros anuales.
Se trata de un plan de futuro que permita "convertirnos en referencia mundial", ha indicado Morales durante una rueda de prensa.
El estudio considera que Gran Canaria requiere un nuevo modelo energético propio y propone que, si se continúa con un sistema eléctrico similar al actual, sin incorporar cargas gestionables y sistemas de almacenamiento energético, el sistema eléctrico óptimo a nivel económico estaría compuesto por 635 megavatios eólicos, 60 megavatios fotovoltaicos y 758,87 megavatios térmicos, ha indicado Calero.
Con ello se lograría una penetración de renovables del 52,94 por ciento, un ahorro de combustibles respecto a 2014 de un 50 por ciento y un ahorro de emisiones de CO2 del 48,21 por ciento.
Aunque se incorporasen nuevos parques eólicos, que incrementarían los costes de generación, la máxima penetración que podría alcanzarse sería del 60 por ciento, debido a la necesidad de grupos térmicos de respaldo que garanticen la estabilidad del sistema frente a disminuciones instantáneas de producción de las instalaciones renovables.
En el caso de que se incorpore la Central Hidroeléctrica Reversible Chira-Soria como sistema de almacenamiento energético, se podrían incorporar nuevos parques eólicos e instalaciones solares fotovoltaicas, lo que incrementaría la penetración de renovables, generar más ahorro de combustible y reducir aún más las emisiones de CO2.
Asimismo, si se empleasen 200 megavatios de baterías eléctricas de ión-litio industriales como otra alternativa de almacenamiento energético, se podrían incorporar nuevos parques eólicos e instalaciones solares fotovoltaicas, lo que permitiría avanzar aún más en el objetivo energético final.
Las mejoras en la producción de agua desalada y el incremento de la flota de vehículos eléctricos supondrían también un ahorro en la producción de energía y en el consumo de combustibles asociados a la automoción, por ejemplo, según Calero.
El estudio establece que el sistema energético óptimo para Gran Canaria en 2038, que excluye el gas, se compone para la generación de electricidad de 37 grupos diesel de 20,51 megavatios cada uno, con una potencia total instalada de 759 megavatios, tres plataformas energéticas eólicas de 885 megavatios, instalaciones fotovoltaicas con una potencia total instalada de 120 megavatios y 200 megavatios de almacenamiento energético, además de una flota de 200.000 vehículos eléctricos.
Todo ello supondrá una alta penetración de energía renovable en la generación de energía eléctrica, del 67,54 por ciento en 2018 frente al 8,9 por ciento en 2014.
Igualmente, prevé, un consumo de combustible para uso interno (electricidad y automoción) de 549,33 toneladas equivalentes de petróleo (kTep), un 55,27 por ciento menos que en 2014.
Asimismo, estima unas emisiones de CO2 a la atmósfera de 1,9 millones de toneladas al año, un 55 por ciento menos que en 2014, y la creación de 779 empleos directos e indirectos a largo plazo.
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