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En otras palabras, es necesario un cambio en los patrones de consumo y en nuestro modelo productivo, hoy en día de carácter eminentemente lineal. Es necesario optimizar el uso de los recursos, materias y productos y desvincular el desarrollo económico del consumo de recursos finitos para avanzar hacia una economía circular. Una economía circular aborda los desafíos y retos globales relacionados con el crecimiento imparable de la población y las concentraciones en grandes ciudades, que hacen aumentar la demanda de materias primas y energía, los efectos del calentamiento global y la fragilidad de las economías debido a la alta dependencia de materias primas y su volatilidad de precios. Además de dar respuesta a desafíos globales, la economía circular presenta una serie de oportunidades económicas, empresariales y sociales que se traducen, entre otras, en una mejora de la competitividad, la aparición de nuevos modelos de negocio innovadores, un elevado potencial de creación de empleo y notables ahorros de costes de las materias primas y energía.

A diferencia del modelo lineal, la economía circular reduce la necesidad de materias primas, aminora los costes energéticos aumentando la eficiencia, minimiza la generación de residuos, que se transforman en nuevas materias primas e incrementa la permanencia de los materiales y productos en el círculo económico. Además, crea nuevas oportunidades de mercado, con productos y servicios innovadores, genera oportunidades sociales y fomenta modelos de carácter colaborativo (Ellen MacArthur Foundation 2012, 2015). Una economía circular reduce la presión sobre los recursos naturales y es una condición previa para alcanzar el objetivo de neutralidad climática para 2050 y atajar la pérdida de biodiversidad. La mitad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) y más del 90 % de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico se deben a la extracción y al tratamiento de los recursos.

Aunque todos ellos son aspectos enormemente positivos, la transición hacia una economía climáticamente neutra y circular requiere de un complejo y largo proceso de transformación radical, que afecta a todos los sectores de la economía e involucra a todos los agentes económicos. Es imprescindible definir y establecer nuevos marcos de actuación capaces de impulsar y consolidar el cambio. En estos últimos meses, se han producido importantes avances, que sientan las bases para superar la economía lineal e impulsar un nuevo modelo de producción y consumo, en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible.

A nivel comunitario, se ha puesto de manifiesto el firme compromiso de la Unión Europea para liderar la luchar contra el cambio climático. Así lo demuestran los distintos esfuerzos orientados a cohesionar la política de medio ambiente y de energía y la implementación de sucesivos paquetes legislativos de gestión de residuos, vertidos, envases o residuos procedentes de los vehículos al final de su vida útil, así como, la promoción de las energías renovables, el fomento de la eficiencia energética o el sistema de comercio de derechos de emisiones. Todo ello con la vista puesta en alcanzar una economía europea circular, competitiva y climáticamente neutra de aquí al 2050.

Una buena muestra de ello es el último plan de acción para la economía limpia y circular, que se enmarca dentro de las ocho políticas profundamente transformadoras descritas por el Pacto Verde Europeo, cuyo objetivo último es la definición de una estrategia de crecimiento orientada a transformar Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050, estimulando la economía, mejorando el bienestar de los ciudadanos y protegiendo la naturaleza.

A nivel español, la reciente aprobación el pasado mes de junio de la Estrategia Española de Economía Circular es otra buena muestra de los decididos pasos que se están produciendo para reducir la generación de residuos y mejorar la eficiencia en el uso de recursos, aspecto sin duda crucial para lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva.

Enormes beneficios sociales y medioambientales los que también se derivan, beneficios de naturaleza económica, de enorme relevancia en un contexto como el que se deriva de la pandemia actual. Tomando como referencia los escenarios de la propia Comisión Europea, se estima que la economía circular puede suponer un incremento del PIB de la UE en un 0,5 % adicional de aquí a 2030 y la creación de alrededor de 700 000 nuevos puestos de trabajo.

Un cambio de paradigma económico de tal magnitud, y marcado por el horizonte temporal 2050, no será posible sin la participación empresarial. Y es una transición que ya está en marca. Una muestra de ello son todas las iniciativas empresariales que están aportando soluciones innovadoras y disruptivas que nos deben permitir avanzar hacia ese nuevo modelo sostenible. Iniciativas todas ellas que comparten un catalizador común, la innovación.

En las economías modernas la innovación es la principal fuerza del cambio, del progreso tecnológico y del crecimiento económico. Avanzar en este terreno es del todo necesario si se quiere implementar con éxito la transición de una economía lineal a una economía circular. Cada vez son más las empresas que apuestan por la economía circular como nuevo modelo de negocio. El modelo económico tradicional basado en extraer, producir, consumir y tirar se transforma progresivamente hacía una producción y un consumo más circulares y sostenibles, aportando soluciones en ámbitos tan relevantes como los procesos de reducción, rediseño, reciclaje, reutilización, recuperación y reparación de materiales y productos

Con el propósito de hacer un primer balance de los avances que se están dando para superar la economía lineal e impulsar un nuevo modelo de producción y consumo, se celebra el I Ciclo de Conferencias de Economía Circular, organizado por Funseam y la Fundación Repsol. A lo largo de las diferentes sesiones previstas, tendremos la oportunidad de adentrarnos en diferentes aportaciones circulares en ámbitos tan relevantes como los procesos industriales, las energías renovables y los nuevos materiales, la captura y aprovechamiento del CO~2~ y los nuevos patrones de consumo.

Todo ello de la mano de sus protagonistas, las empresas, agentes innovadores esenciales de esta transformación sin precedentes.

  • información:

https://www.funseam.com/es/eventos/seasonal-seminars/i-ciclo-de-conferencias-hacia-una-economia-circular-oportunidades-economicas-en-el-marco-de-la-transicion-energetica

Joan Batalla es director general de Funseam.

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