Las empresas energéticas españolas con intereses en el Reino Unido, trabajan en estos días con planes de contingencia ante un eventual voto afirmativo en el referéndum escocés a favor de la independencia del Reino Unido que se celebra hoy. Las empresas españolas, que han invertido muchos miles de millones en los últimos tiempos temen el impacto de una hipotética secesión en sus balances debido a la inestabilidad de la libra y a la incertidumbre regulatoria.
Las empresas españolas son susceptibles de sufrir un doble impacto en caso de ruptura del país. En el plano financiero y económico, la depreciación de la libra esterlina o de la potencial nueva moneda que emita una Escocia independiente podría conducir a la baja la valoración y los beneficios de las filiales británicas de los grupos españoles. En el terreno operativo, la ruptura del actual mercado único en sectores como la energía, crearía una grave distorsión para firmas como Iberdrola o Repsol, aunque la separación formal no llegaría hasta 2016.
Alta exposición de Iberdrola
Una de las empresas españolas que podría verse más afectada es Iberdrola, tercer operador eléctrico en Reino Unido, con 5,8 millones de clientes, ya que, a través de su filial Scottish Power, participa en varios proyectos. Entre las iniciativas que tiene previstas está la construcción de un nuevo parque eólico de 69 MW de capacidad instalada. No obstante, aunque Scottish Power tiene su principal negocio de centrales eléctricas en Escocia, cuenta con clientes y centrales eléctricas por todo el Reino Unido. Si hay independencia, el Gobierno británico amenaza con romper el mercado eléctrico y no subvencionar las renovables escocesas. La exposición de Iberdrola en Escocia es alta, al igual que la preocupación de Ignacio Sánchez Galán. Además, las casas de bolsa también han acentuado en sus recomendaciones sobre la eléctrica la preocupación de que finalmente salga el sí a la independencia de Escocia. Por ejemplo, Bankinter afirma que “el referéndum de Escocia plantea ciertas dudas en cuanto a la continuidad de los negocios de Iberdrola ya que un hipotético nuevo Gobierno podría decidir cambiar el modelo retributivo para la distribución, fijar nuevos impuestos para la generación y/o cambiar el marco para la comercialización de energía. Además, habría riesgos añadidos si no se permite que Escocia mantenga la libra esterlina como divisa”.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios