Ingenieros canadienses han encontrado una nueva solución para mejorar el medioambiente: una pared gigante que limpia el aire del dióxido de carbono con el fin de utilizar el CO2 como combustible o almacenarlo bajo tierra.
La empresa canadiense Carbon Engineering ha desarrollado un ambicioso plan para capturar el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y convertirlo en combustible. Se trata de una especie de planta en forma de pared que se instalaría en áreas donde es imposible realizar una reforestación, como en los desiertos.
En el sistema el aire fluye a través de varios ventiladores y pasa por una solución que absorbe las moléculas de dióxido de carbono. Esta solución posteriormente es purificada para extraer el CO2 que se reutilizará como combustible o se almacenará en las instalaciones subterráneas.
La tecnología funciona del mismo modo que los árboles que capturan el CO2 y liberan el oxígeno. En realidad se trata de una nueva forma de crear un bosque artificial, una de las ideas de geoingeniería que propone combatir de este modo el cambio climático provocado, entre otras causas, por el aumento de las emisiones de CO2.
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