Un equipo de investigadores de Stanford dirigido por el profesor de química Hongjie Dai ha desarrollado una batería de iones de aluminio de alto rendimiento para lo que colocaron en el polo positivo un ánodo de litio y en el negativo un cátodo de grafito, junto con un electrolito líquido iónico, dentro de una bolsa recubierta con polímeros flexibles. El resultados es una batería que presenta numerosas y significativas ventajas sobre las baterías de ion-litio convencionales utilizadas en los dispositivos electrónicos y, más recientemente, en los coches eléctricos.
En primer lugar, la batería de aluminio de Stanford se puede recargar en mucho menos tiempo que una batería de ion- litio. En el caso de un dispositivo pequeño como un teléfono, la recarga se verifica en más o menos un minuto. Las implicaciones para los ordenadores portátiles y los teléfonos celulares son enormes, pero el el impacto de los beneficios en los coches eléctricos e híbridos podrían ser incluso mayores.
Otras de las grandes ventajas es que no arden. "Hemos desarrollado una batería recargable de aluminio que pueden sustituir a los dispositivos de almacenamiento existentes, tales como las baterías alcalinas, que son malas para el medio ambiente, o las baterías de ion- litio, que en ocasiones se queman y echan a arder”, dice Hongjie Dai. "Nuestra nueva batería no se incendia, incluso aunque explores en ellas”
Larga vida
Otra ventaja que ofrecen las baterías de ion-aluminio es que tienen una vida más larga. Una batería típica de ion-litio por lo general tiene una duración de unos 1000 ciclos de descarga antes de que se deba reemplazar. La batería de aluminio de Stanford no muestra signos de perder rendimiento incluso después de 7.500 ciclos de descarga. Muchas personas se preocupan por tener que gastar mucho dinero para reemplazar la batería de su coche eléctrico. Esa preocupación podría convertirse en una pesadilla del pasado, ya que la batería de ion- aluminio en realidad podría durar más que el propio vehículo.
Mikel Sanchez Viguri
27/09/2015