Italia comprará una unidad flotante de regasificación y alquilará una segunda como parte de su estrategia para no depender del gas de Rusia tras la invasión de Ucrania, anunció este martes su ministro de Transición Ecológica, Roberto Cingolani.
"Hoy hemos encargado oficialmente a (la compañía) Snam que inicie la negociación y compra de una nave de regasificación y el alquiler de una segunda", confirmó el ministro durante una comparecencia en el Parlamento, preguntado por sus planes energétigos.
Cingolani ilustró su estrategia para reducir la fuerte dependencia de Italia del gas natural importado del extranjero, que supone el 95 % del total que consume, pero sobre todo de Rusia, de donde llegaron casi 29.000 millones de metros cúbicos en 2021, el 38 % del total.
Una dependencia que ha ido al alza si se tiene en cuenta que en 2011 Italia utilizaba unos 20.000 millones de metros cúbicos del gas ruso, lo que representaba un 25 % del consumo total.
Mientras, la producción nacional se ha visto reducida pasando de los 15.000 millones de metros cúbicos extraídos en 2001 a los 3.000 millones del pasado año, debido a la ausencia de inversiones y al agotamiento de los yacimientos, indicó el ministro.
En este contexto, Cingolani explicó que se necesitarán "un mínimo" de tres años para sustituir al gas ruso pero consideró que ya a partir del próximo invierno "sería necesario sustituirlo completamente" con otras fuentes.
La idea del Gobierno de Mario Draghi pasa por instalar frente a los puertos dos naves más de almacenamiento y regasificación -una comprada y otra alquilada- "de las pocas existentes en el mundo capaces de ofrecer este servicio".
Encontrarlas, avisó, será "un aspecto crítico" porque "todos los grandes países consumidores se están moviendo en esta dirección".
"Las unidades flotantes tienen la ventaja de que pueden ser utilizadas mientras se necesiten y retiradas en cualquier momento. No son infraestructuras permanentes pero pueden ayudar mucho en la autonomía energética de Rusia", sostuvo.
En la actualidad Italia ya cuenta con tres regasificadoras, en los puertos de Panigagria, Rovigo y Livorno (norte).
La estrategia de independencia de Rusia también pasara por las fuentes renovables, por medidas para el control de la demanda y por el aumento de la capacidad de los canales por los que recibe actualmente esta materia.
En Italia desembocan cinco gasoductos, empezando por el TAG, que cruza Austria y suministra 29.100 millones de metros cúbicos de gas natural ruso.
Otro es el Transmediterráneo que conecta Sicilia con Túnez para importar 21.000 millones de metros cúbicos de gas, el 29 % de lo importado, y que podría transportar hasta 27.000 millones.
El resto son el Transit Gas, la interconexión con la red francesa y alemana y que representa el 3 % del consumo; el Green Stream, que llega desde Libia y que introduce en Italia 3.200 millones de metros cúbicos de gas (el máximo de su capacidad) y por último el TAP, que atraviesa el adriático para introducir 7.200 millones de gas azerí.
Cingolani aseguró que la capacidad de este último puede aumentar.
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