Política energética

Juan López de Uralde (EQUO): "Sería una vergüenza que España no cumpliera los objetivos del 2020"

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FOTOS: Daniel Santamaría.

La conversación-entrevista con Juan López de Uralde continúa. El líder de EQUO habla sobre las políticas medioambientales, de cambio climático, la apuesta del actual Gobierno por los combustibles fósiles, incluso se atreve a recordar cómo fue su paso por la cárcel tras la cumbre de Copenhague donde se coló como miembro de Greenpeace para llamar la atención de los líderes políticos. Una acción que ha cambiado su vida.

¿Es vital un pacto de Estado en España?

Yo creo que a día de hoy es imposible porque realmente el planteamiento de los partidos mayoritarios es mantener el mix con distintas variaciones. El PP es mantener el mix con más energía nuclear y las renovables hacer lo mínimo posible, lo que se ha hecho. El PSOE es mantener también el mix, con algo menos de nuclear y un poco más de renovables. Pero es que este mix no vale. Hay que cambiar el mix. Somos el único partido que propone un cambio de mix. A día de hoy  no podemos hacer un pacto con un partido que alarga la vida a las nucleares 20 años más. ****

Cambio de tercio, las exploraciones de petróleo en Canarias ¿Cree que se ha ido de madre el asunto y se ha politizado de más?

Canarias es una autonomía que depende casi en su totalidad de su medio ambiente. Hacer una apuesta por las exploraciones petrolíferas sabiendo el impacto que puede tener sobre la economía canaria es una irresponsabilidad desde mi punto de vista. Estamos hablando de unas islas que tienen un potencial de energías renovables que aún no se ha acometido, ni se ha mirado, con la excepción de El Hierro. Las renovables están marginadas en Canarias, cuando se sabe que son ya competitivas con el kilovatio convencional. Por la sencilla razón de que en Canarias no hay otro tipo de fuentes de energía, todo el petróleo y gas que se queman llega a través de los barcos.

A mí no me parece que se haya sacado de madre, a mi me parece la respuesta lógica por parte de la ciudadanía ante una política disparatada por parte del Gobierno. Por impulsar unos proyectos, que luego han tenido poco recorrido, que van contra la voluntad de la gente. Creo que era una respuesta esperable.

Los conflictos sociales tienen un momento en el que se convierten en conflictos políticos. Eso es así, y no es malo que sobre un tema energético ocurra. Es un proyecto equivocado. Creo que no se lo creía ni la propia Repsol. Este Gobierno en materia energética se empeña en impulsar decisiones que van en contra del sentido común, en contra de la gente, un poco en la misma línea está el tema de la reapertura de la central nuclear de Garoña.

Hay una oposición social grande contra esa reapertura, hay un consenso de que energéticamente es innecesaria, se puede sustituir tranquilamente porque son 460 megavatios. Las propias empresas manifestaron hace un año que no tenían interés en mantenerla y el Gobierno se pone erre que erre con este tema. Esto no le interesa al ciudadano. Al ciudadano le interesan las soluciones a sus problemas, le interesa el precio de la luz, que la energía sea asequible, que no le desconecten, etc…Pero desgraciadamente los conflictos se enquistan y se convierten en conflictos políticos.

¿Cómo se va a sostener económicamente el modelo de 100% renovables? ¿Ya no va a haber subvenciones?

El modelo se va a sostener por sí mismo. A lo mejor tiene que haber subvenciones a tecnologías emergentes, otras el nivel de subvención que necesitan para funcionar es prácticamente cero, creo que no es una cuestión donde se pueda trazar una línea roja, no te voy a decir que no debe haberlas porque entre otras cosas una de las cosas más importantes alrededor de un modelo de renovables es la I+D+i, es fundamental, clave y hay muchas fuentes de energía en las que hay mucho por investigar para alcanzar los niveles de eficiencia interesantes. Por ejemplo la geotermia, la energía de las olas y las mareas,  solar térmica, ahí hay potenciales energéticos que todavía no están suficientemente determinados. Es un error muy español rechazar la investigación, un elemento que impulsa nuestro desarrollo, una posible reindustrialización, entonces cuando se apuesta por un modelo como este requiere un esfuerzo público y un esfuerzo privado. El liderazgo político marca un camino que muchas veces las empresas privadas siguen.

Pero el modelo tiene que ser sostenible económicamente hablando…

El modelo tiene que ser sostenible económicamente y medioambientalmente. No nos olvidemos del factor medioambiental porque cuando se habla de energía parece olvidarse del entorno en el que estamos, y la sostenibilidad medioambiental es clave en el debate porque si no hubiera cambio climático, si no hubiera problema con las emisiones de los combustibles fósiles el debate sería diferente. El debate es saber cuánto nos queda de cada combustible, pero claro ahora el IPCC nos dice que solo podemos quemar el 25% de las reservas si no queremos tener un cambio climático irreversible. Este tema se omite sistemáticamente en el debate, hablamos de energía y medio ambiente y parece que son temas diferentes y claro que tienen que fluir.

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El ejemplo más claro es el del fracking…

Sí, es el mejor ejemplo de esa apuesta que nosotros consideramos equivocada del Gobierno por los combustibles fósiles y por el gas, en este caso. Creo que el fracking en España es incomparable a lo que ha sucedido en EEUU, por su escaso potencial que tiene España, porque el agua es muy limitada en algunas zonas, es un recurso escaso, que ha generado problemas en el país. Por lo tanto, el fracking en España es un error, que el Gobierno está empeñado en cometer como tantos otros.

Hablemos de Europa, ¿hay miedo a Arias Cañete? ¿A qué vino ese ataque tan frontal contra el comisario antes de que llegara a su puesto?

No es absoluto que se le tema o se le deje de temer. Lo que hemos visto son varias cosas. Lo primero es que el nivel de exigencia en Europa ha sido mayor que en España. Cañete ha dejado sus intereses en empresas petroleras al ir en la Comisión Europea, sin embargo lo mantuvo mientras estuvo en el Gobierno. Teníamos un comisario de Acción contra el Clima y Energía con intereses en la industria petrolera, es que era presidente de una petrolera. No tenemos temor a Cañete, pero nos parecía que no era adecuado que una persona con intereses en la industria petrolera sea comisario de cambio climático. Es como poner a un torero de responsable de los derechos de los animales. Hay cosas que no se deben permitir y no entiendo que Europa pueda permitir eso. Puede parecer  muy legal pero no me parece nada ético porque a él le sigue interesando que el petróleo se siga quemando.

¿Cree que España cumplirá los objetivos marcados para 2020?

Sería una vergüenza que España no cumpliera los objetivos del 2020 cuando los podría cumplir prácticamente sin esfuerzo. Los veo totalmente viables, factibles, fáciles de cumplir y creo que si no se cumplen será una vergüenza para los sucesivos gobiernos el hecho de que no se hiciera ese esfuerzo para cumplirlos. Es más, me parecen unos objetivos demasiado cortos y que habría que ir mucho más allá.

Incluso los de 2030 le parecen cortos…

Sí, claro. Si estamos hablando en serio de conseguir un modelo 100% renovables para 2050, hay que dar pasos decisivos hoy. Yo estuve en Copenhague (ya sabes que luego estuve en la cárcel), allí Merkel y Europa estaban de acuerdo en cumplir el compromiso de reducir el 40% de las emisiones, es decir avanzar del 20% al 40%. Y al final no se hizo. No sé por qué no se llegó al acuerdo, pero estaba ahí, dentro de la base negociadora. Y de Copenhague han pasado ya cinco años y seguimos en el mismo punto de discusión que estábamos en Copenhague. Fue una parálisis total. No se ha hecho nada desde Copenhague. Y ese es el drama.

¿Espera que se dé el paso definitivo en París este año?

No es que lo espere, es que lo necesitamos. Si París fracasa creo que es la última oportunidad para hacer frente de una manera global, que es la única manera posible, al tema de las emisiones que causan el cambio climático.

El problema del cambio climático viene de muy lejos. Ya en el años 92, en Río de Janeiro se pone sobre la mesa este problema. Con Bush padre, mira si ha pasado tiempo de esto. Estamos hablando de 25 años después de esto y el problema sigue sin resolverse. Pero ya no es que siga sin resolverse, sino que el problema ha aumentado. El efecto de las emisiones cada vez aumenta más rápido. Por eso digo que no se pueden desligar estas cuestiones de la política energética.

El gran error que están cometiendo los gobiernos es tener el problema del cambio climático en negociados diferentes. A lo mejor la planificación energética debería formar parte del Ministerio de Medio Ambiente, a lo mejor así cambian las cosas globalmente.

¿O al revés?

Al revés no creo. El problema es que pones primero, cuál es la prioridad. Si el medio ambiente lo supeditas a la energía estás en las mismas. Tiene que ser la política energética la que esté supeditada al medio ambiente.

¿Y cree que Europa lo va a conseguir?

Creo que Europa lo tiene que hacer, pero no nos olvidemos qué es Europa. La gran mayoría del Parlamento Europeo  son el Partido Popular y el Partido Socialista en sus marcas europeas. Eso es Europa, es una realidad fundamentalmente conservadora y además bipartidista.

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Si no se ha conseguido nada en estos últimos 25 años, ¿crees que debe haber una revolución ecologista para que los estados se den cuenta del problema?

Tiene que haberla, el problema es que está muy lejos. Estando en la cárcel en Copenhague le dimos la vuelta a esta cuestión. Copenhague fue un poco la confirmación de algo que ya nos temíamos pero que en el fondo seguíamos teniendo confianza, que este proceso debería continuar. Por eso cuando vimos que Copenhague iba al fracaso, pues hicimos lo que hicimos. Era como decirles “eh tíos haced algo”, pero cuando vimos que no hacían nada, estando en la cárcel decidí dar el paso a la política. Veía que los políticos son los que están tomando las decisiones y las están tomando de forma ajena a estos problemas y en base a otros intereses. Y creía que había que cambiar la política.

La percepción de que los grandes partidos, el poder era como un muro donde tirabas la pelota y siempre la pelota te rebotaba, esa sensación fue la que me llevó a dar el paso que di. Luego he visto que la política tiene sus dificultades también, no es fácil. Pero de alguna manera es necesario que este debate esté en política. Por ejemplo, los únicos que hemos hecho a nivel político sobre cambio climático en España relativo a la cumbre de Lima hemos sido nosotros, que hicimos una jornada en el Congreso de los Diputados. El tema no está en la agenda política de España, no se habla, no existe y eso nosotros tratamos de combatir. Sin eso va a ser muy difícil cambiar nada, cambiar el modelo energético, en definitiva, por eso EQUO, por eso estamos aquí tratando de hacer todo esto .

Cinco años después de tu acción en Copenhague, ¿mereció la pena?

Sí, claro. Como te he dicho la situación requería algún tipo de respuesta. Yo hice lo que creía que debía hacer en ese momento, tuvo sus dosis de sufrimiento posterior pero luego judicialmente fuimos absueltos. Quedo en nada, y de alguna manera es un reconocimiento de que lo que hicimos lo teníamos que hacer. Incluso el juez así lo explica en la sentencia en la que dijo que se utilizó de manera desproporcionada la fuerza contra nosotros. Desde el punto de vista personal supuso el inicio de una reflexión. Claro que mereció la pena porque lo teníamos que hacer. Y lo vuelvo a decir hoy que si estuviera en la misma posición haría lo mismo.

¿Echa de menos Greenpeace?

No. Creo que fue una etapa en mi vida, una etapa muy importante, que me llenó. Es una organización que sigue siendo parte de mí, pero ahora he iniciado otro camino y aquel camino tenía sus dificultades y éste tiene las suyas, no te creas que ninguno de los dos es fácil porque estar en la trinchera es muy difícil. Hay sitios donde hace más calor, y ese no es la política.

¿Merece la pena meterse en política? ¿Ha habido un progreso como para seguir creyendo en la política?

Indudablemente sí que se nota el progreso pero el primer impacto después de las elecciones de 2011 fue duro, no lo conseguimos. Pero cuando decidimos seguir adelante vas aprendiendo lecciones. Sigo convencido de la necesidad de una fuerza verde en España y creo que hay que seguir trabajando para conseguirlo. Ya hemos hecho cosas, tenemos un partido organizado, verde, con más de 2.000 afiliados, con 20.000 simpatizantes inscritos que participan de forma activa en el Congreso a través del acuerdo con Compromís, con Joan Baldoví, con presencia en el Parlamento Europeo a través de Primavera Europea, por lo tanto nosotros vamos haciendo camino.

Las cosas que vamos haciendo están obteniendo resultados. Por ejemplo, la campaña contra Cañete. Estos avances, con la interrupción de Podemos que es como si fuera un Ferrari que pasa a toda velocidad, son pequeños. Es verdad que nosotros no hemos tenido la suerte o la oportunidad de estar tan presentes en los medios como ellos. A Podemos eso le ha dado alas y nosotros vamos haciendo nuestro camino, poco a poco.

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