La penosa situación económica y financiera de Argentina, actualmente en pleno default, vuelve a repercutir en una empresa energética española. Tras la expropiación de YPF a la petrolera Repsol, ahora le toca sufrir la pésima gestión del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a Gas Natural Fenosa. Dos de sus buques metaneros están varados en la costa argentina a la espera de poder descargar el GNL y recibir el correspondiente dinero.
Se trata del Sestao Knutsen y del Ibérica Knutsen. Ambos barcos están varados junto a otros cinco buques. El primero de ellos lleva desde el pasado 22 de septiembre en el puerto de Bahía Blanca, junto al British Ruby, el Lobito y ahora el Lena River. El Ibérica Knutsen se encuentra en el puerto de Escobar, cerca de Río de la Plata. también lleva varios días.
Según relata la prensa argentina, la principal razón por la que los barcos están varados es por falta de dinero. La compañía pública Enarsa tiene serias dificultades para poder pagar. Necesita que el Banco Central le preste el dinero y ese dinero no llega. Cada barco cuesta unos 50 millones de dólares aproximadamente.
Kirchner tiene muchas dificultades financieras. Ha impuesto el toque de queda en el Banco Central. El Gobierno argentino busca proteger las reservas del Banco Central, que hoy representan menos de cinco meses de las importaciones. Las reservas de Argentina, de 28.400 millones de dólares, están en un mínimo de ocho años y el Banco Central no puede seguir recurriendo a ellas para defender el peso.
Las exportaciones también están cayendo con más fuerza de la esperada, por lo que el Gobierno podría verse obligado a llevar sus reservas a niveles peligrosamente bajos para poder pagar las importaciones de energía y cumplir con las obligaciones de deuda.
Ya han pasado 17 días y algunos barcos como el Sestao Knutsen generan además unas altas multas. Cada día que pasa le cuesta al Gobierno argentino entre 15.000 dólares y unos 70.000 dólares, dependiendo de cada contrato.
Se espera que en los próximos días los buques empiecen a descargar el GNL y a cobrar por sus cargas.
Expertos del mercado argentino aseguran que otra de las causas de que los buques estén a la espera de descargar es la pésima planificación. Aproximadamente Argentina importa unos 80 buques, unas cifras exageradas para la demanda argentina que ha caído en picado este invierno. Además, el país sudamericano no posee infraestructuras suficientes para almacenar todo ese gas sobrante.
Este diario se ha puesto en contacto con Gas Natural Fenosa que ha preferido no hacer declaraciones al respecto.
Argentina ha sido en los últimos años uno de los principales mercados de Gas Natural Fenosa. En 2012, obtuvo un megacontrato de cerca de 1.000 millones de euros para llevar 24 buques a los puertos argentinos durante 2013. Dicho contrato estuvo a punto de quedarse en aguas de borrajas porque justamente Kirchner había expropiado YPF a Repsol, uno de los socios mayoritarios de la gasística. La operación no gustó en el seno de la petrolera y se generó un conflicto entre ambas compañías. Poco después, Repsol abandonó el negocio de GNL, que se lo vendió a Shell, y entonces se produjo la ruptura de la joint venture Stream GNL entre la gasística y la petrolera españolas.
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