El Departamento de Interior de Estados Unidos aprobó ayer el mayor proyecto de energía solar del país y uno de los más grandes del mundo a pesar de las objeciones de los conservacionistas que dicen que destruirá miles de acres de hábitat críticos para la supervivencia de la tortuga amenazada del desierto de Mojave en Nevada.
Se espera que el proyecto de almacenamiento solar Gemini, de mil millones de dólares, se construya al noreste de Las Vegas y tenga una capacidad de 690 megavatios, potencia suficiente para alimentar a 260.000 hogares. El proyecto compensará las emisiones de efecto invernadero de aproximadamente 83.000 automóviles.
Gemini Solar Project creará alrededor 900 empleos directos y alrededor de 1.100 indirectos e inyectará aproximadamente $ 712,5 millones en la economía a medida que la nación intenta recuperarse de la recesión provocada por el brote de coronavirus, dijo el secretario de Interior, David Bernhardt.
"A medida que nuestra economía se recupera del coronavirus, el presidente Trump está trabajando para fortalecer a Estados Unidos más que nunca", dijo Bernhardt. "Nuestro resurgir económico dependerá de que Estados Unidos vuelva a trabajar y este proyecto cumple con ese objetivo".
Se espera que la primera fase del proyecto de 440 MW de capacidad se complete el año que viene. A esta se le añadirán otros 250 MW de capacidad en 2022.
"Es un momento importante en la historia de Nevada", dijo el subsecretario adjunto Casey Hammond a los periodistas en una conferencia telefónica. "La producción de energía doméstica en tierras federales sigue siendo fundamental para nuestra seguridad nacional y los logros de la administración Trump".
El proyecto está siendo desarrollado por una empresa conjunta entre la australiana Quinbrook Infrastructure Partners y la californiana Arevia Power, y forma parte de un plan de recursos integrados que la Comisión de Servicios Públicos de Nevada aprobó el año pasado y que pilota el brazo energético del multimillonario Warren Buffet y mayor eléctrica de Nevada, NV Energy.
El proyecto lleva emparejado un sistema de almacenamiento de 380 megavatios, y será uno de los primeros en Nevada en incluir baterías para permitir la entrega de energía después de la caída del sol.
"La industria solar es resistente y un proyecto como este traerá empleos e inversión privada al estado cuando más lo necesitemos", dijo Abigail Ross Hopper, presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA).
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