Eficiencia

La aviación incumplirá sus compromisos climáticos por mejorar poco en eficiencia energética

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El 60 por ciento de los viajeros españoles están dispuestos a pagar más por vuelos neutros en carbono.
Un avión contamina tras hacer la maniobra de despegue.

La eficiencia energética en la aviación está mejorando muy lentamente, y el sector perderá sus objetivos climáticos, según un estudio realizado por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICTT).

Durante décadas, las empresas de aviación comercial se han visto atrapadas en un aprieto. Por un lado, quieren continuar expandiendo un sector intenso, de alta emisión de energía. Por otro lado, quieren reducir su huella de carbono.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA en sus siglas en inglés) estima que los vuelos comerciales llevarán a 7.300 millones de pasajeros al año en 2030, frente a los 3.300 millones de 2014. Durante las siguientes dos décadas, el tráfico aéreo crecerá en más de un 4% cada año.

Pero al igual que muchas empresas que dependen de los combustibles fósiles, las líneas aéreas comerciales se han comprometido a ciertas metas ambientales. Aviones, jets regionales y aviación militar producen alrededor de 700 millones de toneladas de gases cada año (en comparación con las 150 millones de toneladas en 1960). Esto representa alrededor del 2% de las emisiones causadas por la actividad humana.

Si el número de vuelos programados sigue aumentando al ritmo actual, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) considera que la aviación civil se encargará del 3% de las emisiones globales a mediados de siglo. Tal desarrollo no encajaría bien con la imagen verde que las aerolíneas y los pasajeros están dispuestos a adoptar.

Para hacer frente a este aparentemente inevitable aumento de las emisiones, el sector de la aviación se ha comprometido a mejorar su eficiencia energética en un 2% cada año, con el objetivo a largo plazo de reducir a la mitad sus emisiones entre 2005 y 2050. Si lo consiguiera, sería toda una hazaña.

Para reducir su demanda de queroseno, el sector de la aviación tiene como objetivo utilizar las nuevas tecnologías (estructuras más ligeras, motores más eficientes), mejorar el flujo de tráfico aéreo (pasar menos tiempo en el aire) e imponer cuotas de carbono a los operadores. Sin embargo, este estudio del Consejo Internacional sobre Transporte Limpio (ICCT) reveló que el progreso de la industria hacia estos objetivos se está desacelerando.

Boeing y Airbus pueden haber conseguido reducir el consumo de combustible de sus aviones "a la mitad desde la década de 1960, pero desde el comienzo de esta década sólo han logrado ganancias de eficiencia anuales del 1%, frente al 2,6% por año en la década de 1980. Al ritmo actual, el sector perderá sus objetivos climáticos para 2050.

"Este estudio confirma el secreto a voces de que los fabricantes de aviones no están entregando aparatos eficientes necesarios para cumplir con las metas de la ONU", dijo Andrew Murphy, el portavoz de la ONG Transporte y Medio Ambiente. "Con el nuevo avión que tiene una vida útil de 20-30 años, la caída de los rendimientos de eficiencia podría provocar una mejora del consumo de combustibles fósiles innecesario para las próximas décadas, lo que socava en gran medida los esfuerzos mundiales para descarbonizar y limitar el aumento de la temperatura a menos de 2 grados"

En una nota más optimista, en 2010, la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) estimó que la próxima generación de aviones de corto y medio radio podría permitir a los operadores para hacer ahorros de eficiencia energética del 40% a través de sus flotas. Queda por ver si la incorporación de estos nuevos aviones será lo suficientemente rápido para poner el sector de nuevo en marcha hacia sus compromisos climáticos.

Fuente: Journal de l'Environnement

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