A Abengoa le está pasando factura vivir continuamente en la línea roja. Aunque ha conseguido que el Juzgado de lo Mercantil de Sevilla aprobara, el pasado marzo, una prórroga de siete meses para seguir negociando su viabilidad con los acreedores, le va a salir caro. No solo ha tenido que abandonar proyectos por falta de fondos sino que ha perdido otros por la creciente falta de credibilidad.
En el pasado Abengoa ganó proyectos que sumaban 800 millones de euros pero sin liquidez los tiene paralizados, el 75% de ellos en Latinoamérica, y además esto le ha impedido presentar ofertas por otros 3.114 millones de euros.
Pero aún hay más. Lo más preocupante es que en este periodo de tiempo ha tenido que rechazar cuatro proyectos: dos plantas de biomasa en Bélgica y Reino Unido, por valor de 300 millones y 500 millones respectivamente; otra hidráulica en Colombia; y otra de construcción de una central de ciclo combinado en México
“Hay una pérdida de imagen a nivel internacional que será difícil de recuperar”, señala a El Periódico de la Energía, Ángel Muñoa, responsable del sector de Energía de CCOO de Industria, “y lo que ayer eran negocios estratégicos ahora dejan de serlo, son joyas que se pueden vender a mejor precio porque la empresa está ávida de liquidez”.
“Aunque realmente lo que preocupa es que tiene una cartera de pedidos de 8.000 millones de euros que supone trabajo para los próximos dos años, ¿pero después qué? No hay nada”, advierte Muñoa.
Un coche a ralentí
Y con esas previsiones de futuro, fuentes de la compañía ven a Abengoa “como un coche que está a ralentí”. Sigue trabajando en su acuerdo con los principales acreedores, una vez que logró que el 75% aceptara negociar el pacto definitivo de rescate, pero debe conseguir una inyección de nuevo capital de entre 1.300 y 1.800 millones de euros de los bancos y los bonistas, que esperan que sea en un plazo de mes o mes y medio, y además, ganar entre 400 y 500 millones de euros vendiendo sus negocios, para comenzar a funcionar a pleno rendimiento en el mes de junio o julio. Unas previsiones, en cualquier caso, muy optimistas.
Ya os hemos contado que hace una semana vendió cuatro fotovoltaicas en España lo que redujo su deuda en 50,3 millones, al igual que un parque eólico en Uruguay por 33 millones a Invenergy. También ha firmado la venta al grupo constructor estadounidense Garney del mayor proyecto hidráulico del grupo andaluz, un acueducto de 225 kilómetros para la ciudad de San Antonio (Texas, EEUU). Es un suma y sigue.
También está pendiente la venta de parte del entramado empresarial de Abengoa, harto complicado. Su participación, directa o indirectamente, se extiende a 887 empresas ubicadas tanto en España, el 53%, como en el extranjero, el 47%. Estas empresas emplean a 7.905 trabajadores, y casi todas, un 87%, son microempresas (menos de 10 empleados), únicamente seis tienen más de 250 empleados, y algunas tienen a sus trabajadores mano sobre mano porque al no haber pedido, están en modo “standby”. Curiosamiente la mayor parte de las que tiene en España, el 47%, se dedica al sector energético.
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