Los ambiciosos planes de Elon Musk para Tesla y para la industria de los automóviles eléctricos se alejaron de la ortodoxia de los fabricantes tradicionales y parece que le han funcionado. Musk es el máximo responsable de Tesla Motors Inc. y es conocido por hacer que el futuro llegue en forma anticipada. Aun así, en cierto modo, siempre está retrasado. Algunos llamarían a esto un fracaso de gestión. No obstante, puede que sólo se trate de una estrategia comercial: la 'doctrina Musk'.
La cosa es más o menos así: la gente sólo obtiene un cambio en los paradigmas laborales cuando se encuentra bajo una fuerte presión, por lo que la clave está en que los plazos sean siempre inalcanzables. Esto ayudaría a entender por qué Musk nunca ha lanzado un producto a tiempo, y aun así parece que nadie le puede seguir el paso. Cosa que vuelve loco a Wall Street.
La semana pasada, Musk, de 44 años, mostró el funcionamiento de esta estrategia que se basa en conseguir logros importantes mediante el fracaso o fallos, cuando sorprendentemente fijó la fecha de lanzamiento para el anticipado vehículo eléctrico Model 3 de Tesla, para el 1° de julio de 2017. Sin embargo, esto no es una realidad, explicó Musk.
“Ahora, ¿podremos alcanzar el volumen de producción el 1° de julio del próximo año? Por supuesto que no”, dijo en el informe de resultados financieros de Tesla. “Para que tengamos la certeza de alcanzar el volumen de producción del Model 3 hacia finales de 2017, debemos primero fijar una fecha para mediados de 2017 y realmente poner a prueba a la gente, tanto externa como internamente”, explicó en el informe.
Las exageraciones de Musk
Lo que hace inusuales las exageraciones de Musk, en materia de plazos, es que primero hace públicas las fechas y después permite que los inversores las cuestionen. Tomemos como ejemplo lo que ocurrió cuando dejó caer su bomba informativa de la semana pasada, revelando lo que posiblemente sea el programa de producción más ambicioso en la historia de la industria automotriz. Musk dijo que planea elevar la fabricación de vehículos eléctricos de los actuales 50.000 al año a unos 500.000 para 2018.
Esto es, dos años antes que su meta previa y que a su vez fue descartada por Wall Street por ser considerada como algo prácticamente imposible. ¿Y 2018? Eso es “demasiado agresivo y predispone a los inversores a desilusionarse”, escribió en una nota a los inversores Colin Langan, analista de UBS y que recoge Bloomberg.
Algunos incluso ven que la estrategia de Musk tiene menos que ver con la motivación y más con la financiación. Ryan Brinkman, de JPMorgan Chase & Co., dijo que el nuevo objetivo parece anticipar una "justificación perfecta para una gran captación de capital". Pero Tesla parece no necesitar una nueva justificación para conseguir capital. Wall Street parece anticipar este movimiento después de que la compañía tomó 400.000 dépositos (no retornables) de mil dólares cada uno, para apartar el Model 3, mostrando un nivel de demanda que no era esperada.
En todo caso, la elevada meta de 2018 pone nerviosos a los inversores por el rápido consumo de capital que esto llevaría. Dentro del más típico juego de las expectativas que desempeñan las empresas que cotizan en la bolsa, la meta para el año 2018 simplemente no tiene sentido. Habitualmente, las empresas prefieren tener un desarrollo mayor al esperado. En su lugar, Musk hace que el futuro se anticipe una vez más –sólo que esta vez Tesla tendrá que reconocer que se ha adelantado de forma exagerada.
La única manera de que el nuevo plazo tenga sentido es aplicando la 'doctrina Musk'. Tomemos en cuenta que podría haber estado peligrosamente cerca de cumplir con uno de sus plazos imposibles. Si la meta para el 2020 realmente se puede cumplir, todos deberían estar trabajando más duro, y por lo tanto las expectativas deberían ser mayores. Así que eso fue lo que hizo Musk. Ahora pronostica ventas anuales de un millón de vehículos eléctricos para 2020.
¿Cumplirá los objetivos?
La jugada tiene sus riesgos. Mientras trata de garantizar el sentido de la misión entre los empleados de Tesla, se corre el riesgo de agotarlos en momentos en que la compañía ofrece cada vez menos. Dos de los principales ejecutivos de fabricación de Tesla se fueron antes del gran lanzamiento del Model 3. Cuando se describieron los acelerados tiempos para fabricar el Model 3, Musk hizo la siguiente comparación: “Si se puede crear un bebé en nueve meses, por supuesto que puedes hacer una herramienta en nueve meses”. La producción no lo ve tan fácil.
El mercado no es tan sanguinario. Tradicionalmente cuando una compañía aumenta sus pronósticos de forma significativa, el precio de la acción tiende a subir. En esta ocasión no fue así. Después de que Tesla anunciara sus nuevos objetivos, el precio de la acción se hundió y es que los analistas anticipan fallos en su meta de 2018, incluyendo un eventual aumento en los requerimientos de capital para lograrlo.
Esta puede ser la doctrina en el trabajo. Lo que antes se consideraba una imposibilidad para Tesla, y para los coches eléctricos en general, ahora se considera el curso más probable de los acontecimientos.
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