La compañía francesa Engie, antigua GDF Suez, abandonará una veintena de países en el plazo de los tres próximos años con el objetivo de concentrar sus esfuerzos en otros veinte países y una treintena de grandes áreas de crecimiento, según ha indicado la compañía, que invertirá hasta 12.000 millones de euros entre 2019 y 2021 para reforzar su apuesta por las energías renovables.
Engie, que en 2018 obtuvo un beneficio neto atribuible de 1.033 millones de euros, un 21,7% por debajo de su resultado del año anterior, ha identificado veinte países y treinta grandes áreas urbanas de mercados en desarrollo como sus prioridades de inversión con el objetivo de ganar escala, alcanzar una de las tres primeras posiciones y una mayor densidad de operaciones, mientras que tiene previsto salir de veinte países en los próximos tres años para "mejorar su enfoque y rentabilidad económica".
La francesa prevé invertir entre 11.000 y 12.000 millones de euros entre 2019 y 2021 en medidas para impulsar el crecimiento y "adquisiciones más pequeñas", incluyendo entre 4.000 y 5.000 millones de euros en el área de soluciones para clientes, así como entre 2.300 y 2.800 millones en energías renovables. Asimismo, la compañía prevé realizar desinversiones de activos por importe de unos 6.000 millones de euros durante el mismo periodo.
La firma gala llevará a cabo una reorganización de su estructura, que girará en torno a cuatro línea de negocio (soluciones de clientes, redes, renovables y térmica), mientras que simplificará su información financiera, reduciendo los segmentos geográficos..
Al final del horizonte estimado, el grupo galo prevé que su deuda neta se situará entre los 35.000 y 37.000 millones de euros, subrayando su compromiso de mantener una rating 'A'.
GANA UN 21,7% MENOS EN 2018.
Por otro lado, Engie informó de que en 2018 obtuvo un beneficio neto atribuible de 1.033 millones de euros, cifra un 21,7% inferior al resultado del año anterior, mientras que sus ingresos sumaron 60.596 millones, un 1,7% más que en 2017.
Los ingresos de la compañía disminuyeron un 0,7% anual en los mercados de Francia y Bélgica, mientras que aumentaron un 5,9% en el resto de la UE. En el caso de Norteamérica, su facturación mejoró un 10,5%, mientras que en Sudamérica los ingresos crecieron un 3,9% y en Asia, Oriente Próximo y Oceanía un 0,5%.
La multinacional subrayó que sus resultados reflejan el impacto negativo "muy significativo" en su resultado bruto de explotación (Ebitda) de los cortes no programados en las actividades nucleares de Engie en Benelux, provocando una tasa de disponibilidad muy baja en 2018 y la disminución en los precios capturados.
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