El actual Gobierno español juega al ratón y al gato con las renovables. Después de hacer estragos en la industria española que lideró hace años el sector en el mundo, recortar las retribuciones prometidas con carácter retroactivo, volver a meter el tijeretazo hasta dejar a todo el sector en quiebra, el Gobierno decide apoyar a las empresas españolas en su internacionalización.
El Consejo de Ministros ha autorizado la adhesión al Acuerdo sobre Privilegios e Inmunidades de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) y ha dispuesto su remisión a las Cortes Generales.
Irena es una organización internacional fundada en 2009. Tiene su sede en Masdar City (Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos) y España forma parte de la misma desde 2011.
Los objetivos de esta Agencia son promover las energías renovables en el mundo para lograr un desarrollo sostenible, mitigar los problemas de la seguridad energética y combatir el cambio climático, además del asesoramiento para la mejora de los marcos reguladores de los países para atraer más inversiones, transferir tecnología y fomentar la capacitación y competencias de los Estados Miembros en el campo de las energías renovables.
El acuerdo ha sido adoptado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y en palabras del Gobierno "el liderazgo mundial de España en energías renovables y la relevante presencia internacional de empresas españolas del sector hace aconsejable que nuestro país se adhiera al presente acuerdo con objeto de promover las energías renovables en el mundo".
El Acuerdo sobre Privilegios e Inmunidades de la Agencia Internacional de Energías Renovables contiene las disposiciones necesarias para permitir un adecuado funcionamiento de la propia Irena, de sus funcionarios y de los participantes de los Estados en las reuniones que organice. Con la adhesión de nuestro país a este acuerdo, las disposiciones del mismo serán aplicables en España cuando esta agencia organice reuniones en nuestro país y también en el caso de que decidiera establecer una oficina en España.
De esta manera, Irena podría abrir una oficina en España, pero no con el objetivo de atraer inversiones a nuestro país sino más bien para ayudar a las empresas españolas en su proceso de internacionalización. En Irena conocen de sobra la regulación en España y lo que han hecho los dos últimos ejecutivos.
Este apoyo del Gobierno a las renovables choca muchísimo con la decisión adoptada en España donde ha cercenado a la industria y a los inversores hasta una situación de quiebra. Una situación que ha dejado asolado al sector hasta el punto de estar a punto de perecer. Solo hay que ver los datos de 2014: la fotovoltaica solo ha instalado 22 MW el año pasado y la eólica 27,4 MW.
Incluso el Gobierno se muestra orgulloso de haber mutilado al sector. “Obramos como había que obrar”, ha dicho el ministro José Manuel Soria.
La firma del acuerdo no es más que un brindis al sol, nunca mejor dicho, pero la verdadera posición del Gobierno con las renovables es de todos conocida. Y no pasa por apoyarla precisamente. Un acuerdo que es una total incoherencia. Por el bien de la industria española, mejor la iría si tuviera apoyo en el mercado nacional.
José Antonio Martín Mancebo
11/04/2015