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La industria eólica ya no quiere ni las primas para nuevos parques

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Parque Gorona de El Viento, en la isla de El Hierro. FOTO: Endesa.
Parque Gorona de El Viento, en la isla de El Hierro. FOTO: Endesa.

El hachazo a la industria eólica con el decreto de junio y la orden de retribuciones ha dejado hecho un solar el panorama de este sector que se había alzado como uno de los más importantes del mundo. Pero claro, con el castigo sufrido, no hay quien invierta en España en los próximos años. Para muestra un botón. En lo que va de 2014 solo se ha construido un molino con 0,08 MW de potencia en Galicia.

Para intentar animar esta situación, el Gobierno dio un cupo a los sistemas extrapeninsulares con una orden en agosto que daba esperanzas, sobre todo en Canarias, donde Industria estableció un cupo de 450 megavarios (MW) con una retribución especifica y que no entrarán así en los sistemas de subastas establecidos para estas energías en los territorios no peninsulares.

El panorama era inmejorable a primera vista. La instalación de los 450 MW eólicos en Canarias previstos en la reforma energética supondría una inversión de unos 630 millones de euros, la creación de aproximadamente 3.500 empleos en los años de construcción de los parques (2015-16) y entre 1.000 y 1.400 puestos de trabajo fijos en las islas, según datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

Pero estos datos había que trasladarlos a la realidad, y una vez más se han quedado en papel mojado. "De los 450 MW eólicos solo se harán unos 15-20 MW", ha asegurado Enrique Rodríguez de Acero, presidente de la Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER), durante su intervención en el I Foro Solar Español.

Rodríguez de Acero achaca esta escasa inversión a la falta de diálogo entre las administraciones y la falta de claridad en la norma.

**Sin financiación **

Pero las causas que realmente han hecho que las empresas eólica no inviertan decididamente por instalar estos nuevos parques en las islas Canarias es la complejidad de sacar adelante un proyecto de estas características.

A pesar de que tienen primas, unas retribuciones especiales, la industria no se fía. El nuevo decreto de junio decía bien claro que las retribuciones podrían sufrir cualquier tipo de cambio a partir del tercer año. La norma dice que se revisará cada tres año y que podría quedarse de igual manera hasta seis años.

Con estos tiempos de plazos, y el no tener asegurada la retribución para dentro de tres años, ha hecho que las empresas se lo piensen dos veces a la hora de apostar por instalar más megavatios.

La banca no acompaña

Además, los promotores no encuentran una financiación ad hoc para llevar a cabo estos nuevos proyectos. Con las reglas de juego actuales, el escaso tiempo que ofrece la administración para mantener las retribuciones, hace que las entidades financieras no propongan soluciones adecuadas para llevar a cabo los planes. El equity de los parques sería muy bajo con lo que propone la banca y es por ello que las empresas decidan quedarse quietas y no promover inversiones con excesivo riesgo.

Esta no apuesta por la eólica no es culpa de las empresas de renovables, si no de una legislación que complica llevar a cabo estos proyectos, incluido si van con primas como sucede en las islas. Los ciudadanos canarios serán los primeros que verán cómo se dificulta el dejar de ser una isla, energéticamente hablando, y esto hará que se mantengan los costes altos, por lo que la partida destinada a cubrir los costes extrapeninsulares seguirá siendo alto, y por ende, seguirá costando mucho dinero a todos los españoles, que sufragamos la mitad de esta cantidad vía tarifa, y la otra mitad vía presupuestos.

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