En la actualidad, mientras el mundo se embarca en la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, aproximadamente 28 millones de personas siguen siendo víctimas del trabajo forzado. Lamentablemente, la industria fotovoltaica no está exenta de este problema. Los módulos fotovoltaicos, fundamentales para la generación de energía solar, han sido identificados como productos con riesgo de estar expuestos al trabajo forzado en algunos pasos de su cadena de suministro.
Es por esto por lo que los representantes de la industria, sin embargo, no permanecen pasivos frente a esta problemática. En un último comunicado de la Asociación Europea de la Industria Solar (ESIA), han condenado enérgicamente "todas las formas de trabajo forzado y estamos comprometidos en erradicarlo de nuestras cadenas de suministro" y celebrado la la iniciativa de la Unión Europea de prohibir la venta de productos elaborados con trabajo forzado, "una medida que refleja el compromiso de la comunidad internacional en la lucha contra esta práctica inhumana".
El trabajo forzado es un problema global que afecta a múltiples sectores y regiones geográficas. La base de datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela casos en todo el mundo, destacando la necesidad de abordar este desafío de manera integral. "Es crucial reconocer que el trabajo forzado no se limita a una sola industria o ubicación, y las implicaciones éticas son profundas y generalizadas" señalan desde la asociación. En este contexto, la provincia china de Xinjiang ha surgido como un punto focal de preocupación. China desempeña un papel significativo en la economía global, siendo un importante productor y proveedor de materiales utilizados en la fabricación de paneles solares.
Respuesta contundente
La ESIA aboga por una respuesta contundente a este desafío. "Instamos a desvincularse de regiones con un riesgo significativo de trabajo forzado patrocinado por el estado, reducir la dependencia de países no europeos y revitalizar la producción fotovoltaica en Europa. Este enfoque no solo respeta los derechos humanos, sino que también fortalece la soberanía en el suministro de energía solar y promueve el liderazgo tecnológico europeo" declaran.
Para las empresas de la industria solar, ESIA ofrece recomendaciones prácticas para eliminar los vínculos con el trabajo forzado en sus cadenas de suministro. Estas incluyen el compromiso a nivel de empresa, el mapeo regular de la cadena de suministro, la implementación de códigos de conducta del proveedor y la adopción de medidas de trazabilidad rigurosas.
galan
04/03/2024