La abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), Juliane Kokott, ha avalado la instalación de contadores de electricidad de los consumidores a una altura de seis metros en los barrios habitados mayoritariamente por gitanos. Esta práctica se lleva a cabo en Bulgaria, y se realiza para evitar "manipulaciones no autorizadas de los contadores y la captación ilegal de electricidad" que, según la empresa distribuidora, "se producen con especial frecuencia en los distritos gitanos".
Una gitana búlgara con una bandera de la UE.
¿Se trata de una medida discriminatoria? ¿Racista? Según cuenta el diario El Economista, la abogada afirma en un escrito que no se trata de una medida discriminatoria de manera directa ya que en esos barrios no solo viven ciudadanos de etnia gitana y se ven afectados todos los clientes de la empresa eléctrica. Se trata pues de "contribuir a evitar en el futuro los fraudes y abusos y a garantizar la calidad de un suministro eléctrico económicamente sostenible, en interés de todos los usuarios". Además, habla de que la medida es idónea, en tanto que "puede, efectivamente, prevenir los fraudes y abusos".
En España, los fraudes eléctricos por parte de los poblados gitanos y otros consumidores se han realizado toda la vida. Son los menos. Pero las eléctricas no han elevado los contadores ni nada por el estilo. Ahora, la Justicia Europea lo avala por lo que podrían tomar esta medida las compañías en otros países de la UE. Habrá que ver si lo hacen y si es efectivo.
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