La nuclear y el gas formarán parte de la taxonomía verde. El Parlamento Europeo no se opuso al Acto Delegado de Taxonomía de la Comisión Europea para incluir las actividades específicas de energía nuclear y gas, bajo ciertas condiciones, en la lista de actividades económicas ambientalmente sostenibles cubiertas por la llamada Taxonomía Verde de la UE .
La Comisión cree que la inversión privada en actividades nucleares y de gas tiene un papel en la transición verde. Por ello, propuso la clasificación de determinadas actividades de energía nuclear y de gas como actividades de transición que contribuyen a la mitigación del cambio climático. La inclusión de ciertas actividades de gas y nucleares tiene un límite de tiempo y depende de condiciones específicas y requisitos de transparencia.
278 eurodiputados votaron a favor de la resolución, 328 en contra y 33 se abstuvieron. Se necesitaba una mayoría absoluta de 353 eurodiputados para que el Parlamento vetara la propuesta de la Comisión. Pero no se ha dado.
Ahora la patata está en el Consejo Europeo. Este organismo tiene hasta el día 11 para pronunciarse. Pero todo indica que ni se lo propondrá ni se llevará una reunión para ello.
El Consejo de la UE podría rechazar el texto sobre la taxonomía, pero para ello sería necesario que se opongan el 72% de los países (20 de 27 capitales) y que representen, al menos, al 65 % de la población de la UE.
Hoy es día 6 y no hay un consenso entre los países para elevar una propuesta que quiera tumbar la propuesta de la Comisión Europea.
Por tanto ya se puede decir que la nuclear y el gas formarán parte de la taxonomía verde europea.
La propuesta
La Comisión Europea, que se define como tecnológicamente neutral, postergó años su decisión sobre esas dos fuentes de generación hasta que a inicios de 2022 alumbró un texto cómodo para Francia en cuanto a la energía nuclear y para Alemania en cuanto al gas, que gusta a Finlandia o Rumanía pero que critican Austria, Luxemburgo o España.
El enfoque de la Comisión -aprobado con los votos en contra del español Josep Borrell, la portuguesa Elisa Ferreira y el austríaco Johannes Hahn- había sido criticado también por la plataforma de expertos independientes en finanzas sostenibles que asesora al propio Ejecutivo. Pero Bruselas defiende que su postura es “realista”.
El gas libera CO2, pero menos que otros hidrocarburos como el carbón y muchos lo consideran imprescindible para la transición de la UE hacia una economía descarbonizada en 2050. La energía nuclear genera inquietud en materia de seguridad o de gestión de residuos radiactivos, pero apenas emite dióxido de carbono.
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