La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) repetirá la iniciativa de compra colectiva de electricidad con la que hace un año no solo logró descuentos del 8% en el mercado libre, sino que también despertó una gran atención ciudadana tras captar más de 477.000 consumidores interesados en obtener una oferta de luz más ventajosa.
Para la puja de este año, la OCU ya se ha puesto en contacto con algunas empresas, entre ellas grandes eléctricas, a las que ha informado de las condiciones de la subasta y de su intención de que pueda celebrarse a finales de octubre, según han contado a Europa Press fuentes del sector.
La edición del año pasado se saldó con una empresa ganadora, Holaluz.com, y con polémica por el escaso interés mostrado por las eléctricas y las comercializadoras independientes por participar en una subasta que consideraban sometida a incertidumbre y con costes de captación comercial muy elevados.
Estas reticencias de las comercializadoras fueron aprovechadas por la pequeña empresa 'Holaluz.com' para dar un paso al frente y convertirse gracias a la iniciativa de la OCU en una marca conocida por sus facturas sin papel y el suministro de electricidad 100% 'verde'.
Finalmente, esta empresa logró que, de los 477.000 consumidores inscritos en la 'web' de la OCU, cerca de 22.000 aceptasen su oferta, en las que prometía el ahorro de 49 euros anuales en la factura de luz.
La campaña Quiero Pagar Menos Luz es una iniciativa similar a las que se han venido realizando en otros países europeos, destinada a lograr una masa crítica de consumidores "hartos de las subidas" y dispuestos a "tomar la iniciativa" y aunar fuerzas para lograr una mejor oferta.
La experiencia del año pasado no dejó indiferente al sector eléctrico y sirvió para trasladar al debate público algunas de las controversias entre las empresas, la Administración y los consumidores.
La portavoz de la OCU, Ileana Izverniceanu, dio por logrado el objetivo de "mover el mercado" y "poner nerviosas" a las empresas para que "empezasen a competir". "Ahora va a haber movimientos en la competencia", pronosticó al cierre de la primera edición.
Las comercializadoras independientes apoyaron la idea, pero se negaron a acudir a la subasta porque, según sus argumentos, la regulación les impide acceder en igualdad de condiciones a los clientes domésticos, a los que suministran de forma mayoritaria las eléctricas convencionales al tener la consideración de empresas de último recurso.
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