Renovables

La planta búlgara de biomasa de Ebioss Energy será una realidad en el primer trimestre de 2015

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Ebioss Energy Karlovo

A la primera planta de gasificación de Ebioss Energy en Bulgaria le queda menos de un suspiro para ser una realidad y empezar a producir energía eléctrica, gracias a la gasificación de residuos vegetales. Las previsiones del grupo industrial de capital español cotizado en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y con sede en Sofía sitúan la puesta en funcionamiento de la planta Karlovo Biomass para el primer trimestre de 2015, que se producirá tras una inversión total de 20 millones de euros.

Los ingresos estimados son de seis millones de euros al año por la venta de electricidad, ya que contará con una capacidad instalada de 2MW en su primera fase y de 3MW en la segunda, lo que supondrá un total de 5MW cuando se encuentre a pleno rendimiento.

Karlovo Biomass ostentará un software propio que le proporcionará un control remoto sobre el funcionamiento de la planta que también producirá agua caliente y gas. Además, contigua a estas instalaciones de 6.500 m2 se ubicará Heat Biomass, otra planta de gasificación que alcanzará los 3MW en su primera fase productiva, prevista para el último cuatrimestre de 2015.

Bulgaria como estrategia

La elección de Bulgaria por parte de Ebioss Energy no es baladí. Es una país que goza de la seguridad jurídica de la Unión Europea, que tiene una altísima dependencia energética de Rusia y de combustibles fósiles y que además, cuenta con una ingente cantidad de residuos vegetales provenientes de la agricultura, la principal industria de este estado balcánico.

De hecho, en la transformación de los residuos sólidos agrícolas, en su mayoría paja de cereal, en gas reside buena parte del negocio que Ebioss Energy está a punto de poner en marcha en Bulgaria. Karlovo Biomass es la primera de las ocho plantas que la compañía planea tener en funcionamiento. Cuatro de ellas activas antes de que acabe el año 2016, aseguran fuentes de la empresa.

La primera fase de la planta de Karlovo está a punto de concluir su proceso de construcción y la tecnología española EQUTEC Gasifier Technology (EGC) les permite reciclar el mix de residuos vegetales hasta producir un gas de síntesis de extrema pureza. Ese syngas resulta de la tecnología patentada de gasificación de lecho fluido burbujeante de la que hace gala el equipo directivo y técnico de Ebioss Energy.

Así es la gasificadora de la planta de Karlovo Biomass. FOTO: EQTEC.

El valor esencial de la apuesta por Karlovo Biomass está en que un metro cúbico del gas de síntesis producido cuesta entre 7 y 10 veces menos que el gas natural y puede abaratar en un 40% el coste de la energía. Pese a lo simbólico de la planta respecto en la producción energética de país, el interés de las autoridades búlgaras por este proyecto es máximo. Karlovo Biomass ofrece un volcado constante a la red eléctrica en un país cuya producción energética está monopolizada por el carbón y que cada invierno sufre en primera persona las tensiones geopolíticas por el gas ruso, que se ha visto agravado por el conflicto en la cercana Ucrania.

Con General Electric de aliado

El _syngas _producido por Ebioss Energy tiene un alto poder calorífico (entre 4,5 Kj y 5,5 Kj) que son transformados en energía eléctrica por tres motores Jenbacher ya instalados por General Electric (GE) en Karlovo Biomass y con una vida útil que supera los 17 años a pleno funcionamiento. El respaldo del gigante estadounidense a la tecnología EGC es la mejor carta de presentación para la compañía que preside Óscar Leiva. En este sentido, GE reconoce públicamente que Ebioss Energy es su partner en Europa del Este y valora que el Know-How de la tecnología española que proporciona un syngas de alto rendimiento eléctrico.

No es la primera vez que Ebioss Energy colabora estrechamente con GE, ya que ingenieros de ambas compañías llevan trabajando codo con codo desde 2008 en el proceso de integrar la tecnología EGC a la generación de electricidad. Esta alianza estratégica ya se puso de manifiesto en la construcción por parte de Ebioss de la planta de cogeneración de Movialsa en Castilla La Mancha  y que actualmente produce 5,9MW de electricidad.

Showroom de la compañía

La importancia de la puesta en marcha de Karlovo Biomass no sólo reside en que se convertirá en la pista de lanzamiento de los planes de negocio de la compañía. Ni tan siquiera en que se materializará la primera de las ocho plantas propias que Ebioss Energy planea construir en Bulgaria. Su principal fuerza está en que se convertirá en el showroom de la compañía para los futuros proyectos y clientes que pueden verse atraídos por la conversión en electricidad de grandes masas de residuo vegetal.

Además, el abastecimiento de la paja y otros residuos vegetales está asegurada con acuerdos con las principales asociaciones de agricultores búlgaras, que son la primera industria del país. Aledaño a la Karlovo Biomass se encuentra una superficie de 120.000 m2 que sirve de almacén de paja y que ha supuesto un aliciente a los productores locales. Ahora estos encuentran una salida provechosa a un residuo que hasta la fecha se pudría en sus campos, ocasionando gastos y reduciendo la fertilidad de la tierra debido a su contenido en químicos y fertilizantes. El ciclo se cierra con las cenizas producidas tras el proceso de gasificación y que son reutilizables como asfalto o abono.

Este Win-Win entre administración, agricultores y Ebioss Energy servirá además para acercar a Bulgaria al objetivo de la Unión Europea que para 2020 prevé que un 20% de la energía producida provenga de renovables. Por otro lado, el posicionamiento estratégico de la compañía hace que las plantas propias o las diseñadas para clientes sean versátiles y también puedan usarse con combustible proveniente de residuos sólidos urbanos.

Como ya anunciaba El Periódico de la Energía en una entrevista a Óscar Leiva, España también entra en los planes de la compañía. De hecho, clientes como Repsol, Endesa y Técnicas Reunidas encuentran soluciones en la tecnología de Ebioss Energy. La compañía también tiene presencia con plantas propias o su diseño y desarrollo para terceros en Italia, Francia y Alemania.

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