El Ministerio de Industria ha puesto en marcha la primera parte de la reforma del sistema gasista. La primera medida importante y de calado es que habrá un recorte de 238 millones de euros en la retribución a las empresas del sector para atajar el déficit sin subir los peajes a los consumidores.
Industria ha incluido estas medidas para el sector gasista en el real decreto-ley de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia que ha visto este viernes el Consejo de Ministros.
Esta reforma del régimen retributivo del sistema busca solucionar el problema del déficit gasista que, en términos acumulados, terminará el año entre 600 y 700 millones de euros en un sistema con unos costes totales de 3.300 millones.
En España hay unos siete millones de consumidores de gas a los que, en principio, no se les subirían los peajes, parte regulada de la tarifa, en los próximos años, según ha explicado a los medios el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal.
El problema del déficit
La mano derecha del ministro Soria ha subrayado que era preciso tomar medidas correctoras para acabar con este problema del déficit gasista que podría haber alcanzado los 800 millones este año debido a la caída de la demanda por el menor uso de los ciclos combinados y a la entrada en el sistema de nuevas instalaciones que hay que retribuir.
Para atajarlo, Industria ha decido reconocer ese déficit acumulado -que pasarán a financiar las empresas del sector- y pagarlo en 15 años; ajustar las retribuciones a las actividades reguladas (distribución, transporte, plantas de regasificación y almacenamientos); establecer reglas de estabilidad financiera y vincular más los pagos a las distintas infraestructuras a la evolución de la demanda.
Recortes
En el apartadode recortes a las empresas, Industria ha cifrado en 110 millones el ajuste en la distribución, desarrollada principalmente por Gas Natural Fenosa; en 97 millones en el transporte, actividad que desempeña Enagás, en 23 millones a las plantas de regasificación y en 8 millones a los almacenamientos.
Junto a esto, se eliminan actualizaciones automáticas para estas retribuciones y se establece que una parte de estos pagos sean variables en función de la demanda, que varía más en el gas que en la electricidad.
En las instalaciones de transporte, por ejemplo, se establece que el 25% de la retribución sea variable en función del consumo y el 75% restante fija con una rentabilidad del 5,2% del valor actual neto de activos.
Asimismo, se pasa a retribuir todas las instalaciones de forma homogénea, considerando su valor neto y una vida útil de 40 años.
Pago por nuevo cliente
En distribución, los principales cambios afectan al pago por nuevos clientes captados que se reduce de 90 a 50 euros aunque se establece un pago de 70 euros para clientes de determinadas zonas.
El objetivo, según ha explicado Nadal, es primar que se hagan infraestructuras en las zonas con más potencial de consumo y evitar "subvenciones cruzadas".
En almacenamientos y plantas de regasificación también habrá una parte de la retribución fija y otra variable en función de la demanda.
Diálogo
Nadal ha subrayado que se trata de una reforma "dialogada intensamente" con el sector que busca un modelo económicamente sostenible que minimice costes para el consumidor.
La reforma también establece un sistema automático que eleva los peajes, parte regulada de la tarifa, si un año se produce un desfase superior al 10 %, es decir de más de 300 millones, entre los ingresos y los costes del sistema.
De forma acumulada, ese límite que activa la subida automática se sitúa en el 15 %, unos 500 millones.
Este nuevo marco para el gas se revisará, como en el sector eléctrico, cada 6 años.
El Gobierno aún tiene pendiente la segunda parte de esta reforma, relacionada con el desarrollo de un mercado secundario, y que quiere concluir antes de final de año.
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