Dice el refranero español que si no puedes con tu enemigo, lo mejor es que te unas a él. Algo parecido ha debido pasar con la nueva alianza creada por las compañías petroleras y gasistas europeas con el sector de las renovables. Se llama Make Power Clean, hacer energía limpia.
Los que históricamente han sido los rivales a batir ahora parece que ya no son tan enemigos. Sorprendente al menos.
Esta alianza promueve la energía limpia como su propio nombre indica, pero que esto proceda de empresas como las petroleras europeas ENI, Shell, Total o Statoil choca aún más.
Y es que el objetivo de esta alianza es destronar al carbón. Uno de los objetivos del paquete de clima es el límite que impone de emisiones de 550 gramos de CO2/kWh, un límite que no superan las centrales de carbón pero al que no llegan las centrales de ciclo combinado de última generación.
Y ahí está la verdadera causa, en los intereses del gas en hacerse con el hueco que supuestamente dejaría el carbón si finalmente se implementa la medida del límite de 550 gramos de CO2.
Para hacer fuerza, las petroleras llamaron a las grandes patronales del sector de las renovables en Europa. Y las convencieron para unirse. Forman parte de la alianza SolarPower Europe, WindEurope, Estela, y empresas como Siemens (fabricante de turbinas de gas), Nordex Acciona, SMA o First Solar.
Tal y como contó este diario, la desaparición de las actuales centrales de carbón dejarían un hueco enorme a los ciclos combinados que se suministran de gas natural.
Por ello, esta alianza está apoyada por empresas españolas como Gas Natural Fenosa e Iberdrola que poseen numerosos ciclos combinados. La entrada de gas por carbón generaría un efecto negativo en los precios de los mercados eléctricos ya que subirían con la mayor entrada de este tipo de centrales. Son las más caras.
Pero supuestamente contaminan menos que el carbón, pero de eso a ser una energía limpia como parecen hacer ver no lo es. Sí es cierto que no superan ese límite, y por eso lo apoyan tanto las petroleras como las renovables.
Ambas se beneficiarán de ello y claro mejor juntos que por separado. La semana pasada enviaron una carta a todas las autoridades europeas, Comisión Europea, Parlamento Europeo y a todos los ministros encargados de la energía en sus respectivos países, incluido Álvaro Nadal.
En esa misiva, la alianza le pide a las autoridades que mantenga como sea este límite de 550 gramos de CO2, una decisión que viendo la situación real de algunos países como Alemania o Polonia es difícil de mantener ya que no poseen tecnologías de gas que suplan a la altísima generación con carbón que soportan actualmente sus sistemas eléctricos.
Ahora las autoridades europeas tienen que tomar la decisión. La pelota está en su tejado. ¿Qué sucederá?
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