El Gobierno británico ha lanzado la séptima ronda de subastas de energía eólica marina (AR7) bajo el esquema de contratos por diferencia (CfD), introduciendo cambios que buscan restaurar la confianza en el mercado tras las turbulentas rondas anteriores.
Según un análisis de Wood Mackenzie, la AR7 representa una “recalibración estratégica” que pretende ofrecer más capacidad por menos dinero público, mediante contratos más largos, mayor competencia y un presupuesto más ajustado.
Nuevo enfoque: menos presupuesto, más eficiencia
El Departamento de Seguridad Energética y Cero Neto (DESNZ) ha reducido el presupuesto anual en un 41%, pero prevé adjudicar hasta 5,5 GW de nueva capacidad. La principal novedad es la extensión de los CfD de 15 a 20 años, lo que proporciona mayor certidumbre de ingresos y atrae inversión a largo plazo.
Este rediseño busca dejar atrás el fracaso de la AR5, que no adjudicó capacidad alguna, y los retos de la AR6, ofreciendo una narrativa política de “más por menos”.
La subasta se perfila como una de las más competitivas del sector: 26,5 GW de proyectos elegibles compiten por apenas cuatro a seis plazas. Wood Mackenzie prevé que el resultado se definirá más por la estrategia corporativa que por el simple coste por MWh.
Empresas como RWE, Equinor y el consorcio JERA Nex bp/EnBW se enfrentan a decisiones clave: si priorizar la rapidez de desarrollo, mantener compromisos con la cadena de suministro o ajustar su estrategia para evitar pérdidas de rentabilidad.
Cadena de suministro y transición energética, los otros ganadores
La AR7 llega en un momento clave para la industria manufacturera eólica. Con la demanda global estabilizándose, la nueva ventana de construcción 2027–2032 coincide con un alivio de las tensiones en la cadena de suministro, lo que podría mantener las fábricas y puertos británicos activos y atraer nuevas inversiones.
El Bono de Industria Limpia de 544 millones de libras incentivará la producción local y las mejoras en infraestructura, reforzando el vínculo entre política industrial y transición energética.
Los analistas destacan que, si la AR7 logra adjudicar toda su capacidad prevista, podría restablecer la confianza en el mercado eólico marino británico tras dos años marcados por licitaciones fallidas y cancelaciones de proyectos.
“La AR7 tiene el potencial de transformar la volatilidad en estabilidad y demostrar que la eólica marina a gran escala sigue siendo viable y financiable”, afirmó Sasha Bond-Smith, analista de Wood Mackenzie.
En un contexto global de presión fiscal y metas de descarbonización inciertas, el modelo británico podría convertirse en una referencia para otros países: disciplina presupuestaria, estabilidad en el ritmo de subastas e incentivos industriales dirigidos.
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