Los Veintiocho han dado su visto bueno a los nuevos test sobre emisiones de dióxido de carbono (CO2) y consumo de combustible en coches y furgonetas, que serán obligatorios a partir de septiembre de 2017 para todos los nuevos modelos, y a partir de septiembre de 2018 para todos los nuevos vehículos.
Los Estados miembros aprobaron este martes a nivel técnico la propuesta presentada por la Comisión Europea, que considera que que los controles vigentes no reflejan las condiciones actuales de conducción o las nuevas tecnologías de los vehículos.
Por eso, el Ejecutivo comunitario abogó por adoptar el procedimiento de pruebas de vehículos ligeros coordinados a nivel mundial (WLTP por sus siglas en inglés). Estas normas, defiende Bruselas, aportan unas condiciones "más estrictas y más realistas" en los test "para el beneficio de los consumidores y los reguladores tanto a nivel comunitario como a nivel nacional".
La comisaria de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pymes, Elzbieta Bienkowska, ha subrayado que la Comisión sigue respondiendo a revelaciones sobre emisiones como las de Volkswagen, al haber respondido en su momento a la "brecha" entre las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en laboratorio y en carretera, y hacerlo ahora con las emisiones de CO2 y el consumo de combustibles.
Por su parte, el comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete, ha recalcado que se trata de "un paso crucial" para restaurar la credibilidad" y ha apuntado que el Ejecutivo comunitario utilizará estos controles para presentar nuevos estándares de CO2 para el sector del automóvil aplicables tras 2020.
El borrador aprobado por los socios comunitario será ahora remitido al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE, que dispondrán de tres meses para pronunciarse a favor o en contra de los nuevos controles.
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