Según el último estudio de Rystad Energy, la capacidad de las energías renovables en Oriente Próximo se disparará en los próximos años, y las fuentes de energía verde superarán al uso de combustibles fósiles en el sector eléctrico de aquí a 2040. Se prevé que la energía solar fotovoltaica (FV) se convierta en la fuente predominante y represente más de la mitad del suministro eléctrico de la región a mediados de siglo, frente al 2% del año pasado.
Para 2050, se espera que las fuentes de energía renovables, incluidas la hidroeléctrica, la solar y la eólica, constituyan un asombroso 70% del mix de generación eléctrica de Oriente Medio. Esto supone un salto monumental desde el mero 5% registrado a finales de 2023, lo que indica un cambio transformador en el panorama energético de la región. A pesar de la próxima oleada de instalaciones de energías limpias, la región seguirá dependiendo en gran medida del gas natural a corto plazo, y su uso seguirá creciendo hasta alcanzar su punto máximo en torno a 2030.
El sector energético de Oriente Medio se encuentra en un punto de inflexión. Aunque tradicionalmente ha sido un centro neurálgico del petróleo y el gas, la región está cambiando su enfoque hacia las energías renovables como respuesta al rápido crecimiento industrial, el aumento de la población y el impulso mundial para reducir las emisiones de carbono. La región alberga a más de 280 millones de personas y tiene una de las poblaciones de más rápido crecimiento del mundo, con un aumento de más del 60% desde 2000. Esto ha provocado un rápido aumento de la demanda de energía, que se ha más que duplicado en los últimos 20 años.
Enganchados a los combustibles fósiles
A medida que prosigue el crecimiento demográfico, las perspectivas económicas de la región se refuerzan. En 2050, la demanda de energía alcanzará unos 2.000 teravatios-hora (TWh), frente a los 1.200 TWh actuales, debido al fuerte desarrollo industrial, el crecimiento demográfico y la electrificación del transporte y otros sectores. El sector residencial de la región representa actualmente el 40% de la demanda total de energía, seguido del sector comercial con un 26% y el sector industrial con un 22%. El 12% restante incluye sectores como la agricultura y el transporte.
La generación de energía en Oriente Medio depende en gran medida de los combustibles fósiles, que representaron el 93% del total a finales de 2023. Las energías renovables representaban el 3% y la nuclear y la hidráulica el 2% cada una. La energía de gas natural representaba casi tres cuartas partes de la generación eléctrica de la región, con un 40% de la demanda total de gas. Para 2030, se espera que alrededor del 30% de la capacidad instalada en la región proceda de fuentes de energía renovables, con un potencial de aumento hasta el 75% en 2050.
Se espera que el almacenamiento de energía en baterías aumente significativamente en la década de 2030, apoyando la intermitencia de la energía solar y eólica y contribuyendo a una transición energética suave. Debido a la relativa falta de potencial hidroeléctrico y a los bajos precios del gas, Oriente Medio seguirá utilizando la energía de gas como fuente primaria y, a largo plazo, como combustible de transición. Se prevé que la cuota del gas en el mix de generación eléctrica se reduzca del 74% a finales de 2023 al 46% en 2040 y al 22% en 2050.
Una remontada histórica
“Oriente Medio va a la zaga en el cambio hacia las energías renovables, eclipsado por Asia y África, donde se espera que la generación de energía renovable supere a la de combustibles fósiles en 2032. La generación de energía renovable ha superado el uso de combustibles fósiles en Europa desde 2019. Con casi el 40% de su energía consumida por un sector residencial en crecimiento, Oriente Medio se enfrenta a una creciente demanda de energía. Esto, unido a la necesidad de diversificación económica y de agua dulce a través de la desalinización, subraya la urgencia de una transición a las energías renovables. Además, el aumento previsto de los vehículos eléctricos a largo plazo apunta a un futuro repunte de la demanda energética, por lo que el cambio hacia las fuentes renovables no sólo es necesario, sino inevitable para la sostenibilidad a largo plazo de la región”, dice Nishant Kumar, analista de Energías Renovables y Electricidad de Rystad Energy.
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