Los defensores de la energía nuclear como solución energética a largo plazo llevan tiempo prediciendo su renacimiento; sin embargo, este sistema de producción de electricidad lleva estancado desde hace años. La energía renovable, por el contrario, continúa expandiéndose rápidamente, aunque todavía tiene un largo camino por recorrer para poderse equiparar con las centrales eléctricas que utilizan los combustibles fósiles como fuente de energía.
Después de un rápido ascenso desde sus inicios a mediados de la década de los 50, la capacidad mundial de generación de energía nuclear alcanzó un máximo de 375,3 gigavatios (GW) en 2010, pero después ha ido perdiendo peso poco a poco. La capacidad de generación ha disminuido hasta los 371,8 GW en 2013 según los datos de la Agencia Internacional de Energía Atómica. La crisis económica, la preocupación por la seguridad de los reactores, sobre todo después del accidente de Fukushima, además de la cuestión histórica –todavía no resuelta- sobre qué hacer con los residuos nucleares, han sido las causas de la desaceleración de esta industria.
En marcado contraste con la suave decadencia de la energía nuclear, la capacidad de generación de la eólica y de la energía solar están viviendo ahora la trayectoria alcista que experimentó la nuclear en los años 70 y 80. La capacidad eólica de 320 GW lograda en 2013 es equivalente a la capacidad nuclear en 1990. Y los 140 GW de potencia de la energía solar fotovoltaica son considerablemente más pequeños, pero ésta crece rápidamente gracias a la reducción de los costes de los paneles fotovoltaicos. De hecho, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) la energía solar fotovoltaica será la principal fuente de energía eléctrica mundial en 2050, con una capacidad para esa fecha será de 4.600 GWh y una producción anual de 6.500 Twh, que supondrán sólo en esta tecnología el 16% de la producción mundial de energía eléctrica.
En los últimos años, la energía renovable ha atraído muchas más inversiones que la energía nuclear. Según las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), las inversiones nucleares promediaron alrededor de los 8.000 millones de dólares anuales entre 2000 y 2013, en comparación con 37.000 millones dólares destinados a la energía solar fotovoltaica y los 43.000 millones de la eólica. Cada país, por supuesto, establece sus prioridades, que no son siempre las mismas, pero en ninguna parte las instalaciones nucleares jugaron un papel preponderante en la inversión en generación de energía. Quizás habría que hacer la salvedad de una China que cuenta con 18 reactores nucleares en activo y otros 28 en construcción, con más de 12,5 gigavatios de capacidad instalada, y que planea aumentarla hasta 40 GW para 2020 y unos 70 ó 75 GW en el futuro.
La nuclear gana en I+D
En contraste con las prioridades de inversión, los presupuestos de investigación de los países de occidente siguen favoreciendo a las tecnologías nucleares. Entre los miembros de la AIE (la mayoría de los países europeos, Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur, Australia, y Nueva Zelanda), la energía nuclear ha sido la destinataria de la parte del león de la inversión en investigación y desarrollo (I + D) durante las últimas cuatro décadas . La energía nuclear atrajo 295.000 millones de dólares, equivalentes al 51% del gasto en I + D y energía total entre 1974 y 2012. De todas formas, también ha mantenido una tendencia decreciente desde un máximo del 73,6% en 1974 al 26% actual. Las energías renovables recibieron en el mismo periodo un total acumulado de 59.000 millones, equivalente a una participación del 10,2%, pero su participación ha ido aumentando año tras año.
Debido a que la energía eólica y la solar se pueden implementar a escalas variables y sus instalaciones se pueden construir en menos tiempo, estas tecnologías se han vuelto mucho más prácticas y asequibles que los reactores nucleares para la mayoría de los países. De hecho, mientras a nivel mundial, solo hay 31 países operando reactores nucleares en sus territorios, el número de países que cuentan con turbinas eólicas asciende a 85. Así, todo parece indicar que las posibilidades de un renacimiento nuclear son escasas, mientras que la energía renovable, por el contrario, parece estar en el camino correcto, aunque tienen tienen un largo camino por recorrer antes de poder aspirar a sustituir los combustibles fósiles como fuente de energía eléctrica principal del planeta.
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