Renovables

Las subastas de renovables se ponen de moda en todo el mundo

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El proyecto europeo AURES ha publicado un informe que evalúa las experiencias de las subastas de energías renovables de 12 países de todo el mundo: Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Brasil, China, Sudáfrica y el estado de California de EEUU.

Lo más llamativo es que las subastas, al permitir controlar los costes de implantación de las renovables además de su desarrollo, han reavivado el interés de los diferentes Gobiernos de la UE para utilizarlas como herramienta de mercado. Más importante aún, las Directrices sobre ayudas estatales de la Comisión Europea para la Protección del Medio Ambiente y la Energía 2014-2020 señalan que en enero de 2017 todos los países miembros deben buscar sistemas transparentes para aprobar y dar luz verde a nuevos proyectos renovables, la única vía que asegure un entorno de competitividad.

Las tendencias en el diseño de las subastas

Una de las características es que todas las subastas analizadas se realizan bajo el esquema de ofertas presentadas por capacidad, es decir, por MW, a excepción de Brasil donde el volumen subastado se expresó en energía (MWh).

Además, las subastas específicas por tecnologías se aplicaron en 9 de los 12 países, ya sea en solitario o en paralelo con subastas de 'neutralidad tecnológica', como nuevamente es el caso de Brasil, y las subastas de múltiples tecnologías se aplicaron en dos casos: en California, donde las tecnologías se agruparon de acuerdo a su perfil de generación, y en Reino Unido, que estableció subastas específicas entre tecnologías maduras y no maduras.

En Holanda fueron aún más originales. Se incluyó una "categoría libre" en cada ronda, lo que permitió a los oferentes -independiente de la tecnología subastada antes- presentar proyectos con tarifas aún más bajas.

El volumen licitado ha sido el método más común para limitar la cantidad total de la capacidad renovable que podía ser asignada en una subasta o en un año. Tres de los países examinados, Holanda, Italia y Reino Unido, han tenido un límite de presupuesto con el fin de asegurarse de que no se les disparaba el precio de lo subastado.

Por otra parte, sólo tres países de la Unión Europea (Alemania, Italia y los Países Bajos) han programado subastas al menos una vez al año. En los países no europeos, también. Al menos se llevó a cabo una subasta cada año.

Pero, ¿han tenido las mismas consecuencias de la última subasta en España, la de enero pasado (los ganadores pujaron sin opción a primas)? Pues no. La mayoría de los países de la UE (Dinamarca, Alemania, Italia, Holanda y Reino Unido) dio una subvención por la electricidad producida (kWh) a los ganadores, es decir, que situaron los nuevos proyectos en el tramo superior del precio del pool. Y en el caso de todos los países no comunitarios estudiados en el informe, la opción elegida fue mediante Acuerdos de Compra de Energía (PPA).

Otra de las características es que, a excepción de Holanda y Brasil, todos los sistemas analizados funcionan con subastas estáticas (es decir, con el tope de licitación ya señalado) y la regla para pactar los precios fue, con mayor frecuencia, la de pay-as-bid, es decir, que nueve de los 12 países optaron por pagar lo que demandaban los proyectos ganadores.

En cambio, Holanda, Reino Unido y China han hecho algo diferente. En los dos primeros países, todas las ofertas han recibido el mismo precio, es decir, el precio de la última oferta aceptada (o la primera oferta no aceptada) para hacer coincidir oferta y demanda, y en China, desde que cambió su regla de precios en el año 2007, se parte de un precio mínimo básico hasta llegar a un precio medio con el objetivo de disuadir a los licitadores a que ofrezcan precios por debajo del mercado.

Por último, todos los países coinciden en utilizar **criterios de preselección **y en cuanto a las sanciones, todos también han optado por una combinación de estrategias para disuadir los retrasos o la no realización de los proyectos, incluyendo la presentación de fianzas en la fase previa a la licitación, la reducción de la ayuda y/o la duración de ésta. En China, no se han definido sanciones claras, sin embargo, el gobierno podría dar por terminado el contrato si los retrasos no estuvieran suficientemente justificados.

¿Cuáles, de todas estas posibilidades, serán las bases de la futura subasta en España? Al menos, ya se sabe algo, será múltiple, es decir, con todas las tecnologías.

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