Ningún comentario La región América Latina y el Caribe podría multiplicar por 40 veces su capacidad solar instalada para 2050, según muestra un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA). Las inversiones anuales que superen los 7.000 millones verían aumentar la capacidad de energía solar fotovoltaica de la región de los 7 gigavatios (GW) actuales a más de 280 GW a mediados de siglo, aunque Asia, América del Norte y Europa seguirán disponiendo de mayor capacidad.
Para ese momento, la energía solar fotovoltaica representaría la segunda fuente de energía más grande detrás de la eólica, generando una cuarta parte de la energía mundial, según se recoge en el informe "Future of Solar Photovoltaic", presentado en Sun World 2019 en Lima. En total, la capacidad mundial de energía solar aumentaría de 480 GW en 2018 a más de 8.000 GW en 2050, creciendo casi un 9% de media cada año.
"La energía solar fotovoltaica y otras fuentes de energía renovable representan la solución más efectiva y lista para abordar la creciente demanda de energía y limitar las emisiones de carbono al mismo tiempo", dijo el director general de IRENA, Francesco La Camera. “Las energías renovables son prácticas, asequibles y seguras para el clima. Son claves para el desarrollo sostenible, permitiendo el acceso a la energía, estimulando el crecimiento económico, creando empleo y mejorando la salud. Particularmente, la energía solar se convertirá en una de las fuentes de energía más prominentes en 2050. Las tasas de crecimiento proyectadas en mercados como América Latina demuestran que podemos extender la transición energética a todos los países. Es posible."
Si se acompaña de políticas sólidas, la transformación impulsada por las energías renovables como la solar puede traer beneficios socioeconómicos sustanciales, según el nuevo informe de IRENA. La industria solar global tiene el potencial de emplear a más de 18 millones de personas para 2050, cuatro veces más que los 4,4 millones de empleos actuales.
Durante la última década, la capacidad instalada de energía solar fotovoltaica fuera de la red se ha multiplicado por más de diez, de aproximadamente 0.25 GW en 2008 a casi 3 GW en 2018 en todo el mundo. Con su naturaleza modular y flexible, la tecnología solar fotovoltaica se puede adaptar a una amplia gama de aplicaciones fuera de la red y a las condiciones locales. De hecho, la energía solar fotovoltaica fuera de la red es una tecnología clave para lograr el acceso universal a la electricidad, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Del mismo modo, el despliegue de los sistemas de energía solar fotovoltaica en la azotea ha aumentado ampliamente, lo que hace que la energía solar fotovoltaica en algunos mercados sea más atractiva que comprar electricidad de la red. La competitividad de la energía solar distribuida está aumentando claramente el despliegue en grandes mercados, incluidos Brasil, China, Alemania y México.
Los aspectos estadísticos más destacados del informe son los siguientes:
- Acelerar la energía solar fotovoltaica puede reducir las emisiones de CO2 relacionadas con la energía en un 21% en 2050.
- Con más del 50% de la capacidad instalada en 2050, Asia (principalmente China) continuaría dominando la energía solar fotovoltaica, seguida de América del Norte (20%) y Europa (10%). El mercado latinoamericano crecería de 7 GW en 2018 a más de 280 GW.
- La inversión anual en energía solar fotovoltaica tendría que aumentar en un 68% de media a nivel mundial, de 114.000 millones de dólares en 2018 a 192.000 millones en 2050.
- El costo global nivelado de electricidad (LCOE) para la energía solar fotovoltaica continuará disminuyendo de un promedio de 85 centavos por kilovatio-hora (kWh) en 2018 a entre 5-14 centavos por kWh para 2050. En la reciente subasta de energía solar y eólica en Colombia se adjudicó por un precio promedio de electricidad de USD 27 centavos por kWh.
- Debido a las innovaciones, la energía solar fotovoltaica sigue siendo una industria en rápida evolución. La energía fotovoltaica flotante es uno de los ejemplos más destacados con una capacidad instalada acumulada global superior a 1 GW en 2018. El almacenamiento de baterías y los vehículos eléctricos son soluciones clave para soportar la red y administrar altas cantidades de energía solar fotovoltaica, así como para garantizar la flexibilidad del sistema de energía.
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