La compañía nacional libia de hidrocarburos (NOC) y la multinacional española Repsol estudian cooperar para impulsar el uso de energías renovables en el país y solucionar los problemas de fluido eléctrico a través de sistemas solares, revelaron hoy a_ Efe_ fuentes de la compañía libia.
Según las mismas, el director general de la NOC, Mustafa Sanallah, se reunió el miércoles con los responsables de Repsol en Libia para repasar los progresos en la cooperación conjunta en víspera de la visita que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, realizará hoy al país norteafricano.
Ambas partes analizaron los alcances logrados desde la reunión que Sanallah y el director general de Repsol en Libia, Simone Sciamanna, mantuvieron en agosto pasado en presencia del consejero de Exploración y Producción, Abul Qasim al Shanguir sobre los trabajos que se realizan en el yacimiento meridional de Al Sharara, el más importante del oeste de Libia y que Repsol gestiona junto a otras multinacionales europeas
Uno de los principales objetivos es generar electricidad con la energía solar y contribuir así a solucionar uno de los mayores problemas económicos y sociales que padece Libia desde la caída en 2011 de la dictadura de Muamar el Gadafi: la interrupción continua del fluido eléctrico y los apagones diarios, que han llegado a prolongarse más de 20 horas al día.
La falta de electricidad es uno de los problemas que lastran la pacificación, estabilidad y desarrollo del país, ya que complica el comercio y el trabajo de compañías y particulares, explicaron las fuentes.
En la reunión del miércoles se abordaron, además, asuntos como el trabajo con Repsol en la reducción de emisiones de gases, la construcción de un centro InWell en las instalaciones de NOC y la sostenibilidad y mejora de la producción Al Sharara, escenario de sabotajes en los últimos años, además del establecimiento de una planta de gas licuado de petróleo para suministrar gas a la población local.
Repsol se comprometió, asimismo, a participar en el apoyo al programa que lleva a cabo la Organización Mundial de la Salud para tratar el cáncer infantil en Libia, a través de programas de responsabilidad social.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los diversos grupos rebeldes sobre la dictadura de Al Gadafi.
En la actualidad, y tras diez años de guerra que han causado miles de muertos, está gestionada por un Gobierno Nacional de Unidad (GNU) designado el pasado marzo por el Foro para el Diálogo Político para Libia (FDPL), un organismo no electo auspiciado por la ONU.
El citado gobierno tiene como objetivo pacificar, estabilizar y conducir a Libia a las elecciones legislativas previstas para el 24 de diciembre.
Desde que el pasado verano Turquía y Rusia, los dos países que más influyen en el conflicto fratricida libio, lograran garantizar un alto el fuego, la producción de petróleo se ha disparado desde los cerca de 500.000 barriles de crudo diario a los 1,4 millones actuales, una cifra ya muy cercana a la de los 1,8 que producía antes de la revolución.
Pese a ello, se mantienen los problemas diarios de suministro eléctrico, agua corriente, escasez de productos y acceso a las telecomunicaciones.
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