Más allá de los nombramientos, los líderes de los Veintiocho sopesan una respuesta a la crisis abierta en Ucrania. Poroshenko ha viajado expresamente a Bruselas para solicitar a la UE "más sanciones" sobre Moscú tras el despliegue de tropas rusas en territorio ucranio, confirmado este viernes por la OTAN. Cabe recordar que la UE ya ha decretado, en un movimiento coordinado con EE UU, un embargo selectivo sobre los sectores financiero, energético y militar, así como la prohibición de entrada en su territorio a destacados dirigentes del entorno del presidente ruso, Vladímir Putin, y la congelación de activos de decenas de compañías estatales.
Tras reunirse con Poroshenko, el todavía presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha subrayado que la UE está preparada para "endurecer" las sanciones contra Rusia, pero ha recalcado la necesidad de un acuerdo político para poner fin a la confrontación en el este de Ucrania. "No tiene sentido volver a una nueva Guerra Fría. Iría en detrimento de los intereses de toda Europa", ha señalado. Pese a que el viernes el presidente del Ejecutivo comunitario había pedido que se mantuvieran abiertos todos los cauces para el diálogo, Barroso ha dejado entrever que su equipo trabaja en un borrador que ofrecerá una "amplia gama" de opciones para que los Estados miembros decidan. "Espero que los líderes europeos estén preparados para una nueva ronda de sanciones tras el reciente aumento de la tensión y desestabilización en Ucrania. La situación es muy seria, diría que casi dramática: si la escalada continúa, se puede llegar a un punto de no retorno", ha advertido.
Por la mañana, el presidente de Francia, François Hollande, ha afirmado que en la cumbre "sin duda" se decidiría aumentar las sanciones. "Lo que está ocurriendo en Ucrania es tan serio que estamos obligados a actuar. Las sanciones serán aumentadas. Ahora la Comisión Europa tiene que estimar su nivel", ha declarado en París poco antes de emprender viaje a la capital belga. El mandatario francés exhortará a sus homólogos europeos a actuar "sin dilación" porque "el riesgo es que se produzca una gran guerra".
La presidenta de Lituania –uno de los países que más se ha significado contra la actitud del Gobierno de Putin desde el inicio de las hostilidades entre rebeldes prorrusos y oficiales del ejército ucranio, hace cuatro meses–, Dalia Grybauskaité, ha señalado a su llegada a la cumbre que Rusia está "prácticamente en guerra contra Europa" y ha pedido el envío urgente de material militar a Ucrania, algo que hoy no está sobre la mesa. Grybauskaité también ha abogado por una suspensión "plena" de la venta de armas a Rusia y no únicamente de los contratos futuros, como ocurre ahora.
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