Los objetivos europeos de emisiones de energías limpias están reconfigurando el sector del almacenamiento de líquidos

En el 20º aniversario de Stocexpo, el principal evento mundial sobre almacenamiento en cisternas y combustibles del futuro, el papel de los combustibles alternativos fue el tema principal de una de las conferencias.

Amit Rao, consultor principal de S&P Global, analizó cómo Europa, en concreto, ha dado prioridad en su agenda a las energías limpias. “Los tanques son la espina dorsal de la cadena de suministro energético en Europa”, afirmó. “Pero los objetivos europeos de emisiones de energías limpias están reconfigurando el sector”.

Se prevé que el almacenamiento de líquidos a granel en Europa se oriente hacia los combustibles alternativos, con la reducción de emisiones como prioridad.

Emisiones, lo más importante para Europa

“Si nos fijamos en el trilema energético de reducción de emisiones, seguridad y asequibilidad, las emisiones han sido lo más importante para Europa. Pero cada vez se da más importancia a la seguridad debido a la invasión rusa de Ucrania y a la disociación de las relaciones entre EEUU y la UE. Esto ha hecho que la seguridad energética sea más importante a ojos de los responsables políticos europeos”.

“Pero, ¿cuál es el coste de las energías renovables y los combustibles del futuro que deben integrarse para lograr la seguridad energética? ¿Cómo puede la industria de líquidos a granel navegar desde aquí para equilibrar el trilema?

“La industria está dominada predominantemente por el petróleo, los combustibles y los productos químicos. Si no nos adaptamos, corremos el riesgo de quedarnos atrás. Si invertimos demasiado en alternativas caras, podríamos invertir en nuestra propia bancarrota. A largo plazo, la industria se verá afectada y este cambio ya ha empezado, así que tenemos que tomar decisiones hoy para garantizar la sostenibilidad mañana. Pero ¿hacia dónde miramos? ¿En qué infraestructuras invertimos?”, dijo Rao.

Rao se fijó tanto en los biocombustibles -en concreto, el SAF- como en los combustibles búnker -metanol, hidrógeno y amoníaco-, que, según él, desempeñarán un papel en el futuro, aunque se prevé que su coste siga siendo elevado.

“El sector camina en la cuerda floja con un gran palo en la mano”, explica. “Si invertimos demasiado en la transición energética o elegimos una infraestructura específica para los combustibles alternativos sin la financiación adecuada, volcaremos. Pero volcaremos hacia el otro lado si nos limitamos a mantener o ampliar nuestra infraestructura heredada actual. Es un acto de equilibrio que tenemos que hacer bien”.