Los parques eólicos ganadores de la subasta de renovables celebrada en mayo de 2017 tienen un grave problema. Muchas de esas instalaciones están al borde de perder los avales del proyecto ya que aún, 13 meses después, no han conseguido la autorización administrativa para construir el parque.
Según la normativa de las subastas, los desarrolladores de los parques tenían que poner como aval 18.000 euros por MW adjudicado en la instalación. Pongamos como ejemplo un parque de 49 MW, sin pasar el límite de 50 MW para que lo apruebe una comunidad autónoma y no el Ministerio para la Transición Ecológica (antes de Energía, Turismo y Agenda Digital). Una instalación de estas características tiene que abonar 882.000 euros de avales.
Y claro, la pérdida de los avales descuadra a las empresas ganadoras de la subasta. Entre ellas destacan Forestalia (1.200 MW), Naturgy (667 MW) y Enel Green Power España (540 MW) y Brial Energía (237 MW). Las compañías lo tienen todo desde hace tiempo pero se encuentran varios problemas a la hora de obtener el visto bueno de la administración.
El problema más importante es que muchos de estos proyectos tienen que ir acompañados de un estudio de la línea de evacuación. Lo requiere la comunidad autónoma de turno, y sin un acuerdo con los propietarios de los terrenos por donde pasa la línea es imposible que te den el visto bueno al proyecto en dicha comunidad.
De momento, y según fuentes del sector, solo se salva de la quema Aragón, que sí está trabajando para sacar adelante sus proyectos eólicos adjudicados en la subasta. Pero el resto de ubicaciones tienen bastante problemas para conseguir el ok administrativo a la construcción. Algo que no entienden muy bien los desarrolladores.
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"Así es imposible que lleguemos a tiempo y encima podemos perder ahora los avales. Nos descuadra las cuentas", dice un promotor.
Otro problema que se están encontrando los desarrolladores de los parques es el desvío de proyectos hacia el Ministerio energético. Por ejemplo, si dos parques de 30 MW lindan, algunas comunidades autónomas no los separan, a pesar de tener denominaciones sociales distintas, y suman ambos proyectos y se lo envían al Ministerio.
¿Qué pasa? Que cuando esa CCAA se lo comunica a la empresa, tienes que empezar de nuevo pero en el Ministerio, donde todo es mucho más lento.
Solo queda un mes para poder recibir la autorización. El 4 de agosto el Gobierno debería quedarse con los avales. Pero la normativa de la subasta deja un resquicio a los operadores. Si los proyectos finalizan en tiempo y forma, es decir, antes de 2020, el Gobierno tendrá que devolver esas cantidades.
Lo que sucede es que sin la autorización los parques tienen complicado llegar a 2020. Técnicamente desarrollar 3.000 MW eólicos no se hacen de la noche al día, se requiere algo más de un año para llevar a cabo cada proyecto y algunos podrían no llegar.
"Es necesario que en este mes el Gobierno y las CCAA den un acelerón a la mayoría de proyectos", afirma otro promotor, "y esperamos que así sea. Confiamos en el dejarlo todo para el último momento tan típico de la administración".
Y esto solo es la autorización para la construcción. Luego vendrán otros problemas como la conexión real y en algunos casos las declaraciones de impacto ambiental.
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