Los precios del carbono se promocionan cada vez más como una herramienta clave de descarbonización para los responsables políticos, pero pueden tener efectos muy diferentes sobre la inversión, la inflación y la volatilidad de los precios en función de cómo se apliquen.
El informe de BloombergNEF toma como ejemplo los escenarios de referencia más comunes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Red para la Ecologización del Sistema Financiero (NGFS, por sus siglas en inglés) para conseguir emisiones netas cero y mantener el calentamiento global dentro de 1,5 ºC. Las agencias dibujan dos mundos opuestos, uno con precios del carbono por las nubes y otro con precios más bajos que complementen medidas políticas específicas.
NGFS: Los precios del carbono como palanca clave de la descarbonización
Tanto en el escenario ordenado como en el desordenado de cero emisiones netas de NGFS, un aumento del precio del CO2 da lugar a rápidas medidas de descarbonización y reduce la demanda de combustibles fósiles. Los precios del carbono se definen como el coste marginal de reducción de una tonelada incremental de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que implica que las regiones y los sectores sólo se descarbonizarán cuando los precios del carbono igualen los costes de reducción.
En el escenario ordenado, Europa superará los 1.000 dólares/tCO2e en 2050, seguida de China, con más de 640 dólares/tCO2e.
En el escenario desordenado, la naturaleza fragmentada y el ritmo de la descarbonización hacen que varios sectores reduzcan sus emisiones a ritmos diferentes, con los sectores de la construcción y el transporte viendo cómo los precios se disparan por encima de los 950 $/tCO2e a mediados de siglo.
Un precio del carbono extremadamente elevado podría servir de señal a los responsables políticos para introducir medidas más estrictas, ya que indicaría que la economía por sí sola no está funcionando.
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