México apunta a una mayor reducción de gases de efecto invernadero, como parte de su lucha contra el cambio climático, con la inauguración del primer módulo de la Planta de Carbonización Hidrotermal en la capital mexicana, un proyecto pionero liderado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en conjunto con la Secretaría de Energía y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Este desarrollo permitirá transformar residuos orgánicos en biomateriales y energía limpia, contribuyendo significativamente a la disminución de emisiones de contaminantes.
Luis Agustín Álvarez Icaza, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM y líder del proyecto, detalló que el módulo inicial ya se encuentra en fase de acondicionamiento, procesando 72 toneladas de residuos orgánicos al día para producir 8,7 toneladas de hidrochar.
Con esta capacidad, se estima una reducción anual de 24.600 toneladas de dióxido de carbono (CO2) y el secuestro de 9.500 toneladas de carbono.
“El hidrochar es un producto que tiene un valor económico. La CFE paga 100 dólares por cada tonelada de carbón que trae de Australia; por otro lado, el agua del proceso tiene un gran poder de fertilización, entonces son dos productos con alto valor comercial”, destacó Álvarez Icaza.
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