México, América Central y el Caribe registraron un récord de 1.830 megavatios (MW) de nueva capacidad de energía eólica instalada en toda la región en 2019, con un aumento anual del 126%, según un nuevo trabajo de investigación de Wood Mackenzie.
"El mercado mexicano representó más del 80% de las adiciones anuales en la región durante 2019 al conectar 1.590MW, con un incremento del 125% con respecto a 2018", dijo Brian Gaylord, analista principal, quien añadió que la capacidad acumulada de energía eólica operativa superó los 8.4 gigavatios (GW) entrando en 2020, con casi 6.5GW de esto en México.
Wood Mackenzie pronostica 6,9GW de nuevas adiciones de capacidad eólica que se pondrán en servicio en México, América Central y el Caribe hasta 2029. Nuevamente, México será el mercado principal, con un pronóstico de 6.1GW de nueva capacidad para conectarse, casi el 90% de total.
Gaylord dijo: “Las adiciones de capacidad serán impulsadas principalmente por la demanda de C&I en México y los proyectos solicitados por las autoridades centrales de energía y los servicios públicos estatales en todo el Caribe y América Central.
El lado positivo para el desarrollo de la energía eólica en la región se ve atenuado por la energía fotovoltaica altamente competitiva y la construcción de una infraestructura de soporte para la generación de gas.
La falta de mecanismos de licitación periódicos y planificados y objetivos firmes para la generación renovable en los mercados de América Central y el Caribe limitará el crecimiento de la energía eólica en esta década.
"Estos mercados son esencialmente transaccionales", dijo Gaylord. “La nueva construcción de energía eólica será impulsada principalmente por la construcción de proyectos esporádicos organizados por las autoridades centrales de energía o las empresas estatales en estos países. Como tal, ningún mercado muestra potencial para una construcción anual consistente”.
Las perspectivas de la energía eólica en América Central y el Caribe para 2029 se ven desafiadas por la competencia de PV y GNL. La energía fotovoltaica de bajo costo que ha mostrado precios más competitivos en las licitaciones regionales y los planes gubernamentales de invertir en terminales de GNL, particularmente en América Central, limitan las oportunidades para nuevas instalaciones de energía eólica.
Si bien México experimentó las mayores adiciones de capacidad en 2019, Gaylord dijo que el movimiento del gobierno mexicano hacia el control centralizado de la planificación energética nacional atenúa las perspectivas para la energía eólica en los 10 años hasta 2029.
Y a fines de abril de 2020, el operador de mercado nominalmente independiente de México, CENACE, suspendió la fase de prueba y la puesta en marcha de nuevos proyectos eólicos y fotovoltaicos de forma indefinida en función de preocupaciones sospechosas de estabilidad de la red relacionadas con COVID-19. "Aunque a los desarrolladores se les otorgaron órdenes judiciales federales contra ambas medidas, es probable que esto disminuya la inversión en nueva capacidad de energía eólica hasta 2024", agregó Gaylord.
La transmisión es la principal limitación para el desarrollo de la energía eólica en México. La alta competencia de los precios bajos de la energía fotovoltaica y del gas significa que los desarrolladores eólicos deben tratar de desplegar nuevos proyectos en sitios con el mejor recurso eólico del país.
La cancelación por parte de CFE en 2019 de una línea de transmisión HVDC de larga distancia que habría facilitado una energía eólica adicional de 3GW en Oaxaca ha tenido un impacto. El año pasado también se canceló un proyecto de red separado, planificado desde hace mucho tiempo para conectar el sistema del norte de Baja California a la red nacional, lo que socava el desarrollo de nuevos proyectos eólicos en el estado del noroeste.
Planificación a largo plazo
Gaylord dijo que una tendencia de aumentar los costos de transmisión asociados con la congestión en los estados fronterizos del noreste ricos en viento indica una creciente restricción de la red en esa región que limitará la incorporación de nuevos proyectos.
Aliviar esta restricción de la cuadrícula será un desafío. En consecuencia, Wood Mackenzie no espera que CFE, que es responsable de la red de transmisión del país, realice mejoras sustanciales en la transmisión durante la presidencia de López Obrador. En cambio, la empresa de servicios públicos ha emprendido una estrategia de desplegar nueva generación a gas cerca de los centros de carga para minimizar la inversión en líneas de transmisión de larga distancia.
Gaylord añadió: “La directiva de política de SENER de mayo de 2020 exigía una mayor participación directa de CFE en la planificación de la red a largo plazo. La estrategia de capacidad de gas localizada de CFE y su oposición a la participación privada en la generación de electricidad indican que no respaldará inversiones en infraestructura de red que respalden la incorporación de nueva capacidad eólica o fotovoltaica”.
No se espera que se realicen nuevas subastas a largo plazo organizadas por el gobierno hasta 2024, cuando finalice el mandato de López Obrador.
Aun así, Wood Mackenzie cree que una acumulación de proyectos de subastas que aseguraron acuerdos de compra de energía (PPA) en las subastas en 2016 y 2017 respaldará parcialmente las adiciones de capacidad hasta 2022. La capacidad respaldada por la subasta regresa a las perspectivas en 2026. En forma acumulativa, las subastas respaldarán 2GW de nueva energía eólica construcción de energía en México.
La demanda de los compradores industriales y comerciales impulsará la mayoría de las nuevas incorporaciones de capacidad eólica en México hasta 2029. Parece que la migración de empresas industriales y grandes compradores comerciales a acuerdos bilaterales con desarrolladores eólicos continuará.
Los PPA de C&I respaldados por esto y realizados a través del mecanismo histórico de autoabastecimiento corresponden a 4.2GW (65%) de la energía eólica operativa en México. Las perspectivas para 2029 están respaldadas por 4GW adicionales de adiciones de capacidad basadas en acuerdos de compra de C&I similares.
Gaylord concluyó: “La ventaja de esta ruta a los mercados está limitada por el aumento de la competencia de los proyectos fotovoltaicos de bajo costo para capturar la demanda dentro de este segmento. Aun así, las consideraciones geográficas, nodales y de forma de la demanda facilitan la capacidad de los desarrolladores de energía eólica para competir con la energía solar en este mercado".
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