El viceprimer ministro de Moldavia, Andrei Spinu, negocia contrarreloj con el consejero delegado del gigante ruso Gazprom, Alexéi Miller, un nuevo acuerdo gasístico que evite el corte de suministros al país en medio del estado de emergencia declarada por la escasez y los elevados precios del combustible.
El también ministro de Infraestructura y Desarrollo Regional señaló en su cuenta oficial de la red social Facebook que las negociaciones continúan hoy por tercer día consecutivo en San Petersburgo, sede de Gazprom.
"Las conversaciones son constructivas y los esfuerzos por encontrar un punto común en los intereses de ambas partes son intensos", aseguró.
Gazprom aseguró a su vez en su cuenta de Telegram después de la segunda jornada este jueves que las negociaciones continúan, pero sin revelar si tienen visos de prosperar.
Moldavia, que decretó el pasado día 22 el estado de emergencia debido a la crisis del gas -tenía un déficit de 16 millones de metros cúbicos y las necesidades para octubre solo estaban cubiertas en un 67 %- está en una fase crítica, dado que el anterior contrato con Gazprom expira el próximo lunes.
La gasística rusa prolongó un mes a finales de septiembre el acuerdo para dar tiempo a las partes a llegar a un pacto sobre un nuevo contrato de largo plazo.
Pero las posturas divergen tanto que Chisinau ha tenido que acudir al mercado para comprar mediante licitaciones gas a Ucrania, Países Bajos y Polonia para satisfacer temporalmente sus necesidades.
Hasta el momento Moldavia ha comprado de fuentes alternativas que no sean Gazprom 5 millones de metros cúbicos de gas y hoy anunció otra licitación para adquirir otros 12 millones de metros cúbicos, según el diario moldavo Publika.
Spinu reiteró hoy que ha dejado claro a Miller que quiere firmar un contrato similar al de los últimos años, es decir con un descuento considerable sobre los precios de gas actuales.
Ninguna de las dos partes ha hablado en público de los precios que se barajan en las negociaciones en San Petersburgo.
Pero se sabe que Gazprom ha ofrecido a Moldavia un nuevo contrato con un precio de salida de 790 dólares por mil metros cúbicos, cuando la tarifa en el acuerdo que expiró a finales de septiembre era de media 148 dólares, según la agencia oficial rusa TASS.
La propuesta rusa incluye también un descuento del 25 %, aunque con la condición de que Chisinau se comprometa a pagar en un plazo de tres años una deuda acumulada de 709 millones de dólares.
Según medios locales, Moldavia no quiere pagar más de 300 dólares por mil metros cúbicos.
Spinu reiteró este viernes en_ Facebook_ que la cuestión de la deuda acumulada por Moldovagaz, una empresa creada por Gazprom, el Gobierno moldavo y el Ministerio de Industria del territorio separatista de Transnistria, solo puede ser abordada tras una auditoría.
Gazprom, que entregó a Moldavia en 2020 un total de 3.050 millones de metros cúbicos, un 5,5 % más que en 2019, ha amenazado con cortar al país más pobre de Europa el suministro a partir del 1 de diciembre si no paga la deuda.
La Unión Europea (UE) ha concedido a Moldavia una ayuda de 60 millones de euros para hacer frente a la crisis del gas.
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