El Gobierno de Noruega ha inaugurado en Brevik (este) una planta de captura de dióxido de carbono (CO2) que completa un macroproyecto que incluye también su almacenamiento y transporte, la mayor inversión climática en la historia de este país.
El proyecto Longship tiene un coste estimado total de 34.000 millones de coronas noruegas (unos 3.000 millones de euros), de los que 22.000 millones los aporta el Gobierno, que lo ha definido como la primera cadena de valor a gran escala en el mundo para CO2.
"Esto es enormemente importante. No alcanzaremos los objetivos climáticos sin tratamiento a gran escala de CO2. Hemos construido una cadena de valor completa que tendrá gran importancia fuera de nuestras fronteras", dijo el ministro de Energía noruego, Terje Aasland.
Aasland acompañó al príncipe heredero Haakon, quien fue el encargado de inaugurar las instalaciones.
Noruega y el almacenamiento de CO2
La primera fase ya fue lanzada en septiembre pasado y consiste en traer CO2 en estado líquido de Noruega y del resto de Europa en barco a la localidad de Øygarden, donde se enviará a través de una tubería de 110 kilómetros al mar y, luego, a un depósito situado a 2.600 metros bajo el lecho marino para su almacenamiento permanente.
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