Las autoridades noruegas han informado de un descenso del 4% en la producción petrolera el año pasado, una tendencia que seguirá en 2019, pero que remontará hasta situarse en una cifra récord en 2023.
Noruega, primer exportador de crudo y gas en Europa occidental, vendió 226.700 millones de metros cúbicos equivalentes de petróleo en 2018, debido a una caída en la venta de gas y a que algunos yacimientos petrolíferos produjeron menos de lo esperado.
Las estimaciones del Directorio de Petróleo Noruego (OD) apuntan que la producción caerá hasta los 222.000 millones este año, para luego subir progresivamente, de modo que en cuatro años se situaría por encima de los 250.000 millones y a niveles similares del récord marcado en 2004.
Pese al descenso de la producción, el año pasado aumentaron los proyectos exploratorios y el tamaño de los nuevos hallazgos petroleros, y se dieron 87 licencias de explotación, más que nunca.
Las inversiones en el sector petrolero alcanzarán los 140.000 millones de coronas noruegas (14.325 millones de euros) este año, aunque se espera que caigan progresivamente hasta 2022.
"Hay un gran nivel de actividad en la plataforma noruega. Los pronósticos para los próximos años son prometedores y nos encontramos a mitad de camino en nuestra aventura petrolera", dijo hoy la directora del DO, Bente Nyland.
Nyland advirtió no obstante de que para mantener alto el nivel de producción después de 2025 es necesario encontrar nuevos recursos rentables y apuntó hacia el mar de Barents, donde se calcula que se encuentran casi dos tercios del total de recursos no descubiertos en la plataforma noruega.
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